El Tesla CyberCab ha revolucionado el mundo automovilístico al eliminar por completo los controles tradicionales en el puesto de conducción. Sin volante ni pedales, el coche desafía las normas establecidas sobre cómo debería operar un vehículo. Este concepto, que parece salido de una novela de ciencia ficción, se convierte en realidad con un pequeño mando similar al de una consola de videojuegos, revelando el audaz enfoque de Tesla hacia el futuro de la movilidad.
La información se dio a conocer a través de un informe de AutoEvolution, que tuvo acceso exclusivo a detalles en el Museo Petersen, donde el CyberCab está en exhibición hasta el año nuevo. Este mando, comparable a un control de Xbox, se conecta al vehículo para manejar la dirección y la aceleración, lo que plantea una pregunta crucial: ¿Estamos listos para manejar coches como si fueran videojuegos?
Se podrá utilizar un joystick para conducir un Tesla CyberCab
La curiosidad sobre los controles del Tesla CyberCab surgió después de que el museo compartiera un video del coche siendo maniobrado al interior de sus instalaciones. En las imágenes, se observa a una persona en el asiento delantero mientras el vehículo sube una rampa, lo que generó especulaciones sobre el uso de un sistema alternativo al software de conducción autónoma (FSD) de Tesla.
AutoEvolution confirmó que, efectivamente, se utilizó un controlador manual para guiar el coche dentro del edificio, e incluso se descubrió que el vehículo puede operarse de manera inalámbrica, como un gigantesco coche a control remoto. Este sistema también podría tener implicaciones en la futura flota de robotaxis, que se espera sea gestionada parcialmente por operadores remotos.
¿Puede Tesla autorizar que se utilicen joystick como volantes?
Sin embargo, Elon Musk enfrenta desafíos no solo tecnológicos, sino también regulatorios. Las Normas Federales de Seguridad de Vehículos Motorizados todavía no contemplan vehículos controlados mediante mandos a distancia. Además, el fabricante de automóviles debe definir cómo abordar problemas logísticos como el mantenimiento y la limpieza de estos vehículos, cuestiones que ya llevaron a General Motors a replegar sus esfuerzos en este área con su filial Cruise.
En cuanto a los consumidores, surge otra duda: ¿Tendrán que portar un mando especial para manejar sus coches eléctricos en situaciones donde el software falle o sea inadecuado? Aunque las respuestas no son claras, el Tesla CyberCab desafía las ideas preconcebidas sobre la conducción y abre un debate fascinante sobre la intersección entre la tecnología, la regulación y el futuro de la movilidad.
