Mazda siempre ha sido una marca con un toque singular. Desde el punto de vista de la tecnología, sus desarrollos han tenido siempre un punto de originalidad; y si hablamos de diseño la personalidad de sus modelos no se pone en duda.
Esa originalidad del Mazda2 se mantiene en cada uno de los modelos que lanza al mercado; ya sean deportivos como el MX-5, berlinas como el 6 o utilitarios como el nuevo Mazda2, Y tiene mérito que incluso en el más popular de los segmentos, sea capaz de dar un toque de distinción a un modelo que tiene los mismos ingredientes que la competencia pero mezclados de manera que el envoltorio parece muy apetecible.
Porque el Mazda2 no deja de ser un utilitario rival de modelos como el Ford Fiesta, el Opel Corsa, el Seat Ibiza o el Renault Clio, por poner algún ejemplo entre los generalistas; pero también rivalizará con Audi A1 o Mini utilizando sus propias armas. Porque su estetica, su carrocería de líneas esculpidas, su personal frontal hacen que se distinga de éstos, que se vea como algo diferente o al menos diferenciado.
Acabado y equipamiento diferenciador
Y no sólo hablando desde el punto de vista estético llega este diferenciación; también en apartados como el tecnológico o en el del equipamiento o la calidad de acabado se nota un gusto por el trabajo bien hecho. Porque además de su apuesta por una estética diferenciadora, hay una apuesta por una tecnología diferente a la utilizada por el resto de marcas; el SkyActiv, una serie de soluciones técnicas, pensadas para alcanzar la máxima eficiencia en cada proceso, en cada momento de la vida del coche, desde el diseño a la producción pasando por la conducción.
Todo ese saber se concentra en el nuevo 2 que hemos podido probar por primera vez antes del inicio de su comercialización el próximo mes de febrero. Además los responsables de su desarrollo nos han contado algunos de los secretos del nuevo modelo.
Por empezar por algún lado, hagámoslo por lo más evidente, el exterior. El Mazda 2 no puede negar que es un Mazda, pues tiene el mismo aire de familia inconfundible, con un frontal muy característico donde la típica parrilla de la marca se reinterpreta y enmarca con un borde cromado que le hace ser aún más personal. Los faros -puede llevar leds- le dotan también de una mirada con mucho atractivo. En la vista lateral se aprecia el músculo propio de los modelos japoneses de formas esculpidas con una trasera poderosa que -según el lenguaje de diseño Kodo- representa a un leopardo dispuesto a arrancar impulsándose con las patas traseras. Llama la atención también el largo capó con lo que gana en sensación de coche grande frente a otros rivales con un capó de menor tamaño. Y la trasera, también robusta.
Un interior de aspecto minimalista
Más evidente es el estilo en el interior, en el que se ha seguido la filosofía 'menos es más'. Muy pensado y estudiado el cuadro de instrumentos opta por quitar botones y hacerlo más amigable y menos recargado. Se estructura en dos partes, el propio cuadro de instrumentos -centrado en el conductor para que este se concentre en la conducción- y una zona central con una pantalla táctil donde se agrupan todo tipo de funciones. Debajo de ella, los mandos de la climatización, independientes, y el equipo de música. Se consigue, así evitar distracciones y se logra una atmósfera agradable, nada recargada.
Un ambiente que se ve reforzado por la calidad y el tacto de los materiales. Es verdad que las unidades disponibles durante la presentación en Barcelona correspondían al más alto nivel de equipamiento; pero todo tenía una pinta estupenda. De cara, además, a evitar distracciones, se ha optado también por incorporar el mando de control de la pantalla junto a la palanca de cambio, lo que garantiza el manejo por parte del conductor de forma intuitiva y, lo que es más importante, de forma más segura al no tener que desviar la vista de la carretera.
Respecto a esto, decir que el Mazda2 cuenta en algunas versiones -aún no etá definida la gama ni el equipamiento- con 'head up display' capaz de ofrecer hasta tres tipos de informaciones jerarquizadas por orden de importancia de arriba a abajo (velocidad, indicaciones del navegador, control de crucero…). El cuadro también ofrece la información precisa y probablemente por el estilo deportivo que Mazda siempre impregna en sus coches, la información más visible es un gran reloj con el cuentarrevoluciones, quedando la velocidad a la que uno circula un poco escondida es una pantalla digital dentro de ese reloj. Cuesta acostumbrarse, sobre todo al buscar a qué velocidad a la que circulamos para evitar ser cazados por un radar.
Buena habitabilidad y maletero
Estupenda la postura de conducción y buen espacio para cuatro ocupantes. Si queremos acomodar a tres en la parte trasera deberán ser delgados, pues de lo contrario irán apretados. La altura atrás también es buena y una talla hasta 1,80 aproximadamente no viajará agobiado. Y el maletero tiene una buena capacidad -280 litros- pero el umbral de carga parece demasiado alto y al mismo tiempo, en busca probablemente de unas formas regulares, se ha perdido capacidad. Por cierto no cuenta con rueda de repuesto y sí con kit reparapinchazos; aunque hasta que no se definan gama y equipamientos, no podemos asegurar que éste será la solución elegida.
Y la dotación tecnológica en lo relativo a dispositivos de seguridad y ayuda a la conducción es más que notable. Apuesta por la seguridad con sistemas como el aviso de cambio de carril, el detector de coches en la parte trasera, el avisador de ángulo muerto o el sistema de frenada automática en ciudad que funciona entre 4 y 30 km/h. Ninguno es revolucionario, pero poder incorporarlos, aunque sea en opción en un modelo de estas características ya de idea de la apuesta de Mazda.
Gama de motores ahorradores pero con toque deportivo
Y en el apartado de motores, también hay apuesta: propulsores ahorradores pero con un punto picante, deportivo. En gasolina el SkyActiv G 1.5 se ofrece con tres potencias: 75, 90 y 115 caballos, mientras que del apartado diésel se encarga el 1.5 D Skyactiv con 105 caballos.
Durante la toma de contacto pudimos probar el gasolina de 90 caballos con cambio automático de seis marchas (será la única versión que podrá utilizar esta transmisión- y el diésel de 105 CV.
El motor de gasolina demuestra una gran finura; es suave y muy agradable, además de absolutamente silencioso. El cambio automático, muy rápido, casa a la perfección con este motor que será, probablemente la versión más vendida de la gama. Un versión que además logra un consumo ajustado (4,9 l/100 km ha homologado) gracias entre otras cosas a un sistema de parada y arranque i-stop de magnífico funcionamiento.
En cuanto al diésel, sus 105 caballos empujan con muchas ganas y también le dan un punto picante a su comportamiento. El cambio manual que incorpora, de seis velocidades, es agradable y de buen manejo y permite exprimir las muchas posibilidades de este motor.
El comportamiento en ambos es otro de los aspectos destacables, pues el esquema de suspensiones con una nueva barra de torsión trasera y una suspensión delantera rediseñada ofrecen comodidad y la suficiente dureza. Además, la dirección es muy precisa y transmite mucha información al conductor.
En febrero, a partir de 13.250 euros
Argumentos, como se ve no le faltan al Mazda2 para luchar entre lo más granado del segmento; y tal vez para rematar la jugada el precio pueda ser determinante. Pues bien, aún sin conocer equipamientos, ni acabados, Mazda ha anunciado que el precio de partida de su nuevo modelo será de 13.250 euros, es decir 50 euros más barato que el actual; y eso sin hablar de promociones de lanzamiento, planes PIVE…; un atractivo más para un modelo con muchos encantos.