Mazda ha dado a conocer que en 2019 introducirá un motor de nueva generación, denominado SKYACTIV-X, que se convertirá en el primer propulsor comercial de gasolina que utilizará el encendido por compresión. Este lanzamiento se englobará en la nueva estrategia de la compañia a largo plazo para el desarrollo tecnológico llamado «Zoom-Zoom Sostenible 2030».
Unos consumos parecidos al diésel
Según la marca, este nuevo motor de combustión patentado combina las ventajas de los motores diésel y los combina con la nobleza de los gasolina, manteniendo unas muy buenas prestaciones en cuanto a potencia y aceleración además de proporcionar un excelente comportamiento medioambiental.
Según los datos que nos proporciona la propia marca en el comunicado, la entrega de par es entre un 10 y un 30 % mayor que en el actual motor de gasolina SKYACTIV-G.Mazda ha destacado que con el encendido por compresión, la mezcla de combustible puede ser «mucho más pobre», lo cual mejora la eficiencia del motor hasta en un 20-30 % con respecto al actual SKYACTIV-G, y un 35-45 % en relación con el motor de gasolina de Mazda de igual cilindrada de 2008. En cuanto a la eficiencia de combustible, el motor SKYACTIV-X «es igual o mejor» que el SKYACTIV-D más reciente, ha puesto de relieve el fabricante.
La marca destaca que los consumos serán más ajustados y las prestaciones de conducción serán superiores. Por otro lado, dentro del plan de Mazda encontramos que quiere crear un futuro sostenible a través de iniciativas de conservación. Para ello, pretende ampliar las medidas de reducción de dióxido de carbono con una «perspectiva que considere las emisiones durante el ciclo de vida de un vehículo».
Planes de electrificación para su gama
Gracias a este plan también se prevee reducir las emisiones de carbono durante todo el proceso de las que es directamente responsable la empresa en un promedio del 50% con respecto a niveles del 2010 para el año 2030, y del 90% para 2050. En este sentido, la marca ha señalado que se dará continuidad a los esfuerzos para perfeccionar el motor de combustión, «porque seguirá presente en la mayoría de los coches del mundo en los años venideros y, por ello, es el que tiene más potencial para reducir las emisiones de dióxido de carbono». Los resultados en este terreno, ha añadido, se combinarán con tecnologías de electrificación efectivas.
Por eso se espera que a partir de 2019 se inicie la introducción de vehículos eléctricos y otras tecnologías de propulsión eléctricas en aquellas regiones con porcentajes elevados de generación de energías limpias o que impongan limitaciones de determinados vehículos con el fin de reducir la contaminación de la atmósfera. En lo que atañe a la sociedad, la marca quiere desarrollar tecnologías de seguridad más avanzadas en línea con la filosofía de Seguridad Proactiva de Mazda, y trabajar con el objetivo de eliminar por completo los accidentes de tráfico.
Entre otras cuestiones, quiere promover una mayor implantación de las tecnologías de seguridad avanzada i-ACTIVSENSE, que ayuden a los conductores a reconocer y evaluar peligros potenciales. En 2020, Mazda espera iniciar las pruebas de tecnologías de conducción autónoma, actualmente en desarrollo, en línea con el Co-Pilot Concept2 de Mazda, articulado en torno al ser humano, y equipar todos los modelos con el sistema en 2025.
Además, con la ayuda de las tecnologías de la conectividad, crear un nuevo modelo de negocio que permita a los propietarios de coches atender las necesidades de los habitantes de zonas despobladas y de personas con dificultades de movilidad.