A día de hoy, adquirir un McLaren F1 es una tarea prácticamente imposible, y aquellos que quieren deshacerse de este exclusivo deportivo piden por encima de los 10 millones de euros, que vienen a ser diez veces más de lo que esta criatura costaba en 1992, año en el que se puso a la venta.
Un corazón de origen BMW
Si tienes la suerte de ser propietario de una de estas máquinas, seguro que sabes que tras sus tres asientos (el del conductor estaba colocado en posición central y más adelantado al resto) es donde se esconde un sofisticado corazón atmosférico que estaba fabricado por BMW. Estamos hablando del propulsor S70/2, un 6.1 V12 que es capaz de generar 635 CV de potencia a 7.400 rpm, más que suficientes para hacer volar a esta máquina hasta los 386,4 km/h, récord para un vehículo de calle hasta la llegada del avanzado Bugatti Veyron.
Pues este corazón requiere de los mimos necesarios por los chicos de Woking para seguir funcionando a pleno rendimiento y no hablamos de simples mantenimientos programados. De vez en cuando, el motor se ha de reconstruir para que siga rindiendo como el primer día. No tiene pinta de ser barato, pero seguro que ninguno de sus propietarios pondrá el grito en el cielo por la futura factura. Más si tenemos en cuenta el trato que los chicos de Woking tienen con él.
Motor de sustitución
Y es que mientras tu 6.1 V12 se encuentra en el taller, McLaren instalará un corazón idéntico en tu McLaren F1 para que no te quedes sin tu exclusiva criatura durante un largo tiempo. Así lo podrás conducir todos los días si quieres y cuando tu motor esté listo, podrás llevar tu máquina para hacer el siguiente transplante, algo mucho mejor que un coche de sustitución.
