Primero iban a ser 399, luego se pasó a 249 y ahora McLaren vuelve a recortar el número de unidades que fabricará de su Elva, esta vez hasta las 149.
¿Parabrisas físico o el sistema aerodinámico AAMS?
Pero lo que realmente nos ocupa en el día de hoy con este coche es la introducción de un parabrisas. Y es que McLaren ha querido hacer que quienes quieran que su Elva sea un deportivo un poco más utilizable en el día a día, puedan contar con un parabrisas delante de sus narices. Es cierto que el modelo sin cristal delante tiene un sistema, llamado Active Air Management System (AAMS), que recoge el aire que entra por delante del coche y lo 'catapulta' desde una salida del capó, justo por encima de las cabezas de los ocupantes, de manera que crea una especie de cúpula aerodinámica para que no nos impacte todo en la cara. Ahora bien, esto no es un cristal al uso, físico y palpable, por lo que la firma británica ha querido brindar la oportunidad de colocar uno real a quienes así lo soliciten.
Sin embargo, añadirle un parabrisas al coche de calle más ligero que ha fabricado jamás McLaren, ¿no estropeará el propósito? Pues bien, se han esmerado a conciencia para que no sea así, pues el cristal junto con su marco de fibra de carbono, los sensores automáticos para los limpias, los difusores de agua y los parasoles, tan solo añaden 20 kilos a los 1.300 que pesa en vació el Elva. Además, el sistema AAMS mencionado anteriormente, ha sido retirado, pues ya no es necesario teniendo un cristal delantero.
Como breve recordatorio de lo que es capaz de hacer el Elva, este es comparable al majestuoso Senna, pues el modelo sin parabrisas es capaz de pasar de 0 a 100 en 2,8 segundos, tardando solo 6,8 en alcanzar los 200 desde parado. La potencia para lograr todo esto viene de un motor V8 de 4 litros biturbo que genera 815 CV de potencia y 800 Nm de par, todo ello enviado al eje posterior a través de una caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones.
