Llevar el coche al taller es una experiencia que muchos clientes temen. Ya sea por una avería inesperada o un simple mantenimiento, los conductores saben que estas visitas pueden acabar siendo mucho más costosas de lo previsto. Entre ruidos extraños y luces de advertencia en el tablero, la incertidumbre de lo que pueda suceder en el taller es un malestar común entre los conductores. Pero, ¿realmente hay motivos para desconfiar de los mecánicos? Según el testimonio de un mecánico anónimo, la respuesta es sí, y en este artículo exploramos cómo algunos talleres aprovechan a sus clientes.
4Cambiar piezas innecesarias
Otro de los trucos más comunes entre los talleres es el de cambiar piezas que aún están en buen estado o que podrían haber durado más tiempo sin problema. Esta práctica se aplica sobre todo con componentes de desgaste como pastillas de freno, filtros de aceite o correas de distribución. Los talleres sugieren su sustitución bajo el pretexto de evitar futuras averías, cuando en realidad esos elementos aún no han cumplido su ciclo de vida útil.
El mecánico rebelde confesó que, en muchas ocasiones, las piezas retiradas están en buen estado, pero los talleres las sustituyen de todos modos para justificar precios más elevados. Aunque algunos clientes pueden pensar que están cuidando mejor su vehículo, la realidad es que están pagando por piezas nuevas cuando no era necesario.