La pandemia trajo consigo cambios que jamás imaginamos, y entre ellos, uno de los más sorprendentes fue nuestra relación con los medios de transporte. El confinamiento, el trabajo remoto y la limitación de desplazamientos redujeron nuestro uso del coche y nos llevaron a probar alternativas más sostenibles, menos contaminantes, e incluso más eficientes. Así, surgió una “aventura” con otros medios de transporte, y aunque algunos volvieron a su fiel automóvil, muchos prefirieron seguir explorando nuevas rutas. ¿Qué hizo que dejamos de lado el coche? ¿Y qué medios de transporte fueron los protagonistas?
1Nuevos hábitos: de la carretera al carril bici
Durante la pandemia, desplazarse en coche se convierte en una actividad cada vez menos frecuente. En parte, porque las restricciones y el trabajo remoto redujeron la necesidad de desplazamientos, pero también porque la bicicleta y los paseos a pie ganaron protagonismo. En ciudades como Copenhague o Ámsterdam, la inversión en infraestructuras ciclistas fue clave para este cambio. Dinamarca, por ejemplo, ha incrementado su red de ciclovías y apoyado el uso de bicicletas eléctricas, lo que hizo que desplazarse en bicicleta se volviera cómodo, seguro y accesible.
Este cambio se mantiene en muchos países, ya que algunos ciudadanos prefieren evitar los atascos y el gasto de combustible. ¿Quién no ha sentido el placer de cruzar la ciudad en bicicleta, al aire libre, dejando atrás el tráfico? En varios países europeos, esta preferencia ha sido respaldada por políticas de transporte que apuestan por la sostenibilidad. Las bicicletas eléctricas y los ciclomotores también han surgido como alternativas ecológicas, promoviendo un modelo de movilidad de bajas emisiones.