La pandemia trajo consigo cambios que jamás imaginamos, y entre ellos, uno de los más sorprendentes fue nuestra relación con los medios de transporte. El confinamiento, el trabajo remoto y la limitación de desplazamientos redujeron nuestro uso del coche y nos llevaron a probar alternativas más sostenibles, menos contaminantes, e incluso más eficientes. Así, surgió una “aventura” con otros medios de transporte, y aunque algunos volvieron a su fiel automóvil, muchos prefirieron seguir explorando nuevas rutas. ¿Qué hizo que dejamos de lado el coche? ¿Y qué medios de transporte fueron los protagonistas?
3El renacer del transporte publico
El transporte público fue uno de los sectores más afectados durante la pandemia; los usuarios temían el contagio en espacios cerrados y muchas ciudades redujeron sus servicios. Sin embargo, a medida que las restricciones desaparecieron y la vacunación avanzó, la confianza en el transporte público comenzó a recuperarse, especialmente en ciudades que mejoraron sus servicios e infraestructuras. En la República Checa, por ejemplo, las políticas para abaratar los billetes de transporte público han sido un incentivo para que los ciudadanos opten por alternativas al coche, y el número de trayectos a pie ha aumentado considerablemente en ciudades como Praga.
En otras ciudades europeas, el transporte colectivo es ahora una opción más accesible y limpia. Por ejemplo, muchas ciudades han incorporado autobuses eléctricos y trenes con menor consumo energético, promoviendo un transporte público más ecológico. Este “regreso” al transporte colectivo no solo alivia el tráfico, sino que también ayuda a reducir las emisiones de dióxido de carbono en las ciudades.