Para celebrar el 50 aniversario de la firma de Affalterbach, Mercedes-AMG está lanzando exclusivos deportivos que marcarán una época. Pero el punto cúlmen de este año tan especial se va a vivir en el próximo Salón de Fráncfort, porque parece ser el escenario elegido para mostrar al mundo entero su salvaje Mercedes-AMG Project One.
Un Fórmula 1 con matricula
Esta denominación no es probablemente la que luego tendrá este bólido que permitirá a unos cuantos afortunados, poder disponer de un vehículo con la tecnología de un monoplaza de Fórmula 1, pero para poderla utilizar a diario por carreteras de todo el mundo.
Y es que además de una construcción en fibra de carbono semejante a la que se usan en las «flechas de plata» usadas por Lewis Hamilton y Valtteri Bottas, este Mercedes-AMG Project One empleará una mecánica que deriva directamente de estos monoplazas. Se trata de un sofisticado propulsor 1.6 V6 Turbo como el que obliga a usar la FIA en la Categoría Reina del Automovilísmo, pero que ha sido modificado para cumplir con las leyes de homologación. Se habla de que esta mecánica de combustión interna podría alcanzar las 11.000 rpm y genera una potencia de unos 720 CV.
Hasta 50 km en eléctrico
Este motor no va a estar sólo bajo la carrocería de este bólido, sino que se acompaña de otros cuatro motores eléctricos. Dos de ellos se encuentran en el eje delantero y le confieren una configuración de tracción total. Otro se ha posicionado a la salida del cigüeñal del motor térmico, mientras que el cuarto y último está colocado en su turbocompresor, que no será accionado por los gases de escape, sino por este motor. También equipará unas sofisticadas baterías, que se podrán recargar en casa y le procuran una autonomía de 50 kilómetros en modo eléctrico.
Así, en total se habla de una potencia máxima de 1.020 CV para este bólido de los que Mercedes-AMG no va a fabricar más de 300 unidades. Se habla de una producción total de entre 250 y 275 ejemplares, que tendrán un precio de 2 millones de euros. Estás de enhorabuena, porque si vivieras en Estados Unidos, decirte que allí han colgado el cartel de «todo vendido».