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El Mercedes-Benz que en los años ’80 soñaba con las alas de gaviota

Más de 50 años pasaron para que los chicos de Mercedes-Benz reeditaran con su impresionante SLS AMG un vehículo equipado con las legendarias puertas de estilo ‘alas de gaviota’ que había estrenado el mítico 300SL Gullwing, una máquina que la casa alemana dejó de fabricar allá por el año 1957.

Sin embargo la compañía alemana si que tuvo muy presente estas particulares puertas, tanto como que fueron las elegidas para equipar a prototipos de la talla de los históricos C111 y C112. Pero entre los 300SL Gullwing y SLS AMG no existió ningún otro Mercedes-Benz de producción con esta particularidad, de manera que todos aquellos clientes que querían uno debían acudir a los servicios de especialistas de la talla de Sbarro o Styling Garage, quienes ofrecían estas puertas de estilo ‘alas de gaviota’ para equipar en los Coupé de la generación C126.

Boschert usaba un Mercedes-Benz 300CE como base

1989 Mercedes-Benz Boschert B300. Imagen trasera.

Pero además de estos dos preparadores, estaba Boschert, quienes fabricaron este B300 como una criatura mucho mejor resuelta y más compacta. Una máquina que muy probablemente jamás hayas visto anteriormente y donde una unidad será subastada por los especialistas de RM Sotheby’s en noviembre.

Para desarrollar este Boschert B300 se tomaba como punto de partida un Mercedes-Benz 300CE, que no era otra cosa que la versión con carrocería Coupé del Clase E de la época. El conocido con el código W124. Para conseguir adaptar esas puertas de estilo ‘alas de gaviota’, Hartmut Boschert adelantaba el pilar C 250 milímetros para minimizar el vano central. Con ello y con la llegada de nuevos refuerzos al chasis y al soporte de la luna delantera y trasera se conseguía no perder rigidez estructural en semejante criatura. Aunque ten en cuenta que el vehículo donante ya carecía de pilar central.

El frontal lo heredaba de los sensacionales SL

1989 Mercedes-Benz Boschert B300. Imagen interior.

Y también se conseguía poder colocar unas grandes puertas de estilo ‘alas de gaviota’ con 1.660 milímetros de longitud, las cuales facilitaban el acceso a las plazas delanteras y a las traseras. Y es que los Mercedes-Benz 300CE lucían un interior con cuatro asientos que se mantuvieron tal cual en este Boschert B300.

Más allá de la llegada de esas particulares puertas, los Boschert B300 tenían una parte delantera que estaba tomada prestada de los Mercedes-Benz SL de la generación R129 y que casaba a la perfección en esta criatura que incluso puede parecer un trabajo realizado por la propia casa alemana.

Se querían fabricar 300 unidades de este Boschert B300

1989 Mercedes-Benz Boschert B300. Imagen delantera.

Sin embargo había un detalle con el que contaba aquel Mercedes-Benz SL y que no estaba disponible en los Coupé de la caja W124. Este no era otro que un poderoso motor V8. De ahí que los chicos de Boschert se pusieran a trabajar en el corazón del 300CE donante, un motor con tres litros y seis cilindros atmosférico que se conformaba con 188 CV de potencia. A este bloque llegaron dos turbocompresores gemelos, dando como resultado un total de 283 CV de potencia, cifra sorprendente, pero aún así, lejos de los 326 CV que entregaba el 5.0 V8 que empleaban los SL500 de la época.

Uno de los puntos negativos de este Boschert B300 era su elevado precio, de manera que cuando fue presentado en el Salón del Automóvil de Frankfurt en el año 1989 el especialista alemán no tuviera muchos pedidos. Y es que aunque Boschert pensaba fabricar unas 300 unidades de su B300, en realidad tan solo se llegaron a ensamblar 10 ejemplares, de los cuales ninguno de ellos fue equipado con estas puertas de estilo ‘alas de gaviota’, que eran un caro extra.

Cuesta una décima parte que un Mercedes-Benz 300SL Gullwing

1989 Mercedes-Benz Boschert B300. Imagen motor.

Y es que esta unidad que tienes ante tus ojos y que sacará a subasta el especialista RM Sotheby’s, quien asegura que ha sido debidamente restaurado tanto exterior, como interiormente, se trata del vehículo que fue expuesto en Frankfurt, lo que le convierte en una criatura única en su especie. De ahí que esperan que cambie de manos por entre 250.000 y 300.000 euros, lo que a su vez viene a ser como una décima parte de lo que cuesta un Mercedes-Benz 300SL Gullwing. Y más de lo que debes invertir para tener en tu garaje un SLS AMG.