No es fácil resumir todo lo que lleva o es capaz de hacer la nueva Clase E de Mercedes. Esta berlina siempre ha sido innovadora, pero en esta décima generación lo borda. No le ha ido mal con lo que entendemos por lujo clásico, ya que son más de 13 millones las unidades vendidas por todo el mundo desde que viera la luz. El nuevo modelo se apunta a lo que podría considerarse lujo contemporáneo, que además de calidad y confort, multiplica aspectos como la seguridad y la conectividad, con el fin de que nos sintamos como en casa.
La nueva Clase E presume de un coeficiente aerodinámico récord en su segmento (Cx 0,23). Ha crecido 43 milímetros en su longitud (hasta los 4,92 metros) y también estira la distancia entre ejes 65 milímetro, con el fin de ganar espacio para las piernas en las plazas traseras. Nada que objetar al respecto, pero sí que hay un parecido más que evidente con otros hermanos en la marca, como la Clase C o la Clase S, una apuesta ya muy extendida también en marcas como Audi o BMW.
El smartphone hace de llave
Accedemos al interior y aquí está una de sus novedades. A partir del verano podremos hacerlo desde nuestro smartphone, sin necesidad de llave o tarjeta. Basta con acercar el móvil a la manilla y la puerta se desbloquea. Luego ya podemos realizar el protocolo 'normal'. Es una solución cómoda para el particular, y con la que las empresas de alquiler se frotan las manos, al evitar cientos de llaveros en las oficinas.
En el interior la nueva Clase E está llena de contrastes. Los acabados en madera, piel o aluminio se combinan con tecnologías de vanguardia. De serie el cuadro de mandos es de corte tradicional, pero en opción incorpora, como en la Clase S, una pantalla digital de 12,3 pulgadas que nos permite configurar la información a la carta. Además, ésta se fusiona con otra del mismo tamaño en el salpicadero, para que hasta el más mínimo detalle se observe con facilidad. Es como estar en un minicine.
El volante sigue siendo amplio e incorpora ahora unos mandos sensibles al tacto, como la pantalla de un smartphone, que permiten manejar buena parte de la información del vehículo. Es un complemento a otros elementos ya conocidos, como el mando giratorio o la superficie táctil ubicados en la consola central y que gestionan la segunda de las pantallas.
En el habitáculo ya hemos destacado el mayor espacio disponible para las piernas en las plazas traseras, pero no podemos pasar por alto los 64 colores diferentes que presenta la luz ambiente. Nada que objetar a las butacas delanteras, a las que no les falta detalle a nivel de confort . Sin embargo, sí que hay un nuevo elemento a destacar. Se trata del denominado PRE SAFE Impulse side, un sistema capaz de detectar una colisión lateral. En ese momento infla en décimas de segundo una cámara lateral que desplaza lateralmente unos centímetros a los ocupantes para evitar lesiones. Detrás no hay tanta tecnología, pero los cinturones de seguridad de esas plazas incorporan airbags.
Bajo el capó la oferta de motorizaciones llega por oleadas. En abril debutarán los cuatro cilindros asociados a la versión de gasolina E200 de 184 CV y al diésel E220d, ahora con 194. También estará disponible un V6 E350d con 258 caballos.
Más motores después del verano
La oferta se ampliará después del verano con el E300 (245 CV), el E400 con tracción total 4Matic (333 CV) y con el híbrido enchufable E350e. Este último combina un motor de gasolina y otro eléctrico que erogan en conjunto 286 caballos de potencia, mientras que el consumo medio homologado es de sólo 2,1 litros debido a que presume de una autonomía en eléctrico de hasta 30 kilómetros. Ya de cara a 2017 llegarán nuevas motorizaciones, como un diésel de 150 CV.
Para la gestión de todas estas motorizaciones se apuesta por la caja automática con convertidor de par 9G-Tronic de nueve relaciones. En los motores de cuatro cilindros la de serie (a partir de septiembre) es una manual de seis velocidades, aunque la demanda de la transmisión automática abarca actualmente casi la totalidad de los pedidos. Y no es de extrañar, por su eficacia y refinamiento.
En nuestra toma de contacto nos centramos en la versión E220d, ya que será la más solicitada en el mercado español. El propulsor, de nuevo desarrollo, rinde ahora 194 CV y homologa un consumo medio de 3,9 litros. La verdad es que su rendimiento es sobresaliente y el cambio 9G-Tronic se acopla como un guante, por su rapidez en el salto entre marchas y por su refinamiento. Siempre gestiona el giro óptimo del motor para cuidar el consumo e incorpora unas levas en el volante para cambiar de manera secuencial. El consumo real por autopista y una carretera sinuosa con constantes subidas y bajadas se situó en los 7,0 litros. Esta transmisión se asocia al sistema Dynamic Select, que ofrece cinco programas diferentes de conducción: Confort, ECO, Sport, Sport+ e Individual.
La Clase E apuesta por una carrocería más ligera y rígida que la generación anterior. En marcha el compromiso entre confort y dinámica brilla con luz propia, aunque las unidades disponibles en la presentación contaban con la sofisticada suspensión neumática Air Body Control, que es como ir sobre una alfombra mágica. De serie monta una suspensión mecánica, que se puede completar con tarados más deportivos gracias a unos amortiguadores controlados electrónicamente.
Drive Pilot, mínimo esfuerzo, máxima seguridad
Confort, eficiencia y… seguridad. Hablamos de la berlina más completa en este aspecto del segmento y tuvimos ocasión de probar a fondo su verdadera avalancha tecnológica en este campo. De serie dispone de detector de fatiga, un asistente de viento lateral, freno asistido de emergencia… pero el espectáculo comienza con el Drive Pilot.
Este sistema permite seguir a un vehículo hasta los 210 km/h, manteniendo la distancia y girando en curvas suaves, sin necesidad de llevar las manos en el volante y pisar los pedales. Incluso hasta los 130 km/h lo hace sin necesidad de 'leer' las líneas del asfalto; le basta con analizar el entorno que le rodea, mediante cámaras, radares y sensores. En autopista basta con accionar el intermitente y el vehículo se desplazará automáticamente de carril si el tráfico lo permite. Se trata de conducción autónoma pura y dura, y 'gadgets' tecnológicos difíciles de explicar a la Guardia Civil sin nos pilla sin las manos en el volante.
Hay más. El servofreno de emergencia detecta peatones y vehículos; ahora con la función de cruces es capaz de frenar si el conductor no reacciona ante un vehículo que se cruce por delante, aunque si el sistema calcula que la trayectoria, velocidad, tiempo… son suficientes como para no impactar, no actúa. También se incorpora un asistente de maniobra evasiva, que ayuda al conductor a realizar la esquiva y después a recuperar la trayectoria, evitando el temido 'segundo latigazo'.
Ahora imaginemos que vamos por autopista a 100 km/h distraídos y, de repente, nos encontramos un atasco o un accidente. Un asistente nos avisará primero y frenara después si no hay reacción del conductor. La Clase E también corrige la trayectoria, actuando sobre la dirección, si detecta un peligro de colisión frontal o calcula que nos hemos despistado y nos cambiamos de carril, con riesgo de colisión con un vehículo de nuestro entorno. Además, adaptará la velocidad a los límites establecidos en la calzada, nos advertirá si superamos una señal de prohibido circular y hasta podremos aparcar el vehículo desde el exterior con una aplicación desde nuestro teléfono móvil, solución muy práctica cuando no hay demasiado espacio, aunque todavía está pendiente de homologación debido a la normativa existente en algunos países, que no permite manejar un vehículo desde fuera.
En definitiva, la Clase E hereda los valores de siempre pero se rodea de una tecnología tan sofisticada que le convierte en el modelo más avanzado del momento en su segmento. El 4 de abril se ponen a la venta las versiones E 200 (184 CV) por 49.300 euros y los diésel E 220d (194CV) por 48.500 euros y E 350d (258 CV) por 61.800 euros.