La serie ‘Primer Plano’ del Museo Mercedes-Benz ofrece una mirada íntima y detallada de los aspectos más fascinantes de la historia de la marca alemana. Cada entrega se dedica a una historia sorprendente y emocionante, iluminando detalles que a menudo pasan desapercibidos en exhibiciones, vehículos o características arquitectónicas. En esta ocasión, el protagonista es el coche de carreras Mercedes-Benz W 25 de 1934, un vehículo legendario que marcó el inicio de las icónicas ‘Flechas de Plata’.
Mercedes W 25, debut con victoria y récord
Hace noventa años, el Mercedes-Benz W 25 hizo su debut en la carrera de Eifel en Nürburgring el 3 de junio de 1934. Manfred von Brauchitsch, a bordo de este monoplaza plateado, ganó la carrera y estableció un nuevo récord de pista con una velocidad media de 122,5 km/h. Este triunfo no solo marcó el inicio de una exitosa trayectoria para Mercedes-Benz en las competencias de automovilismo, sino que también acuñó el nombre ‘Flechas de Plata’, un término que ha perdurado hasta los modernos coches de Fórmula Uno del equipo Mercedes-AMG Petronas.
El Museo Mercedes-Benz honra esta rica herencia deportiva en la Legend Room 7, una sala dedicada a las ‘Flechas de Plata – Carreras y Récords’. Aquí, el W 25 se exhibe junto a otros vehículos de carreras históricos de la marca alemana, destacando como una estrella entre ellos. La sala presenta una curva de carrera espectacular que rinde tributo a los vehículos de Gran Premio y a los coches que batieron récords con motores de ocho y doce cilindros derivados del primer Flecha de Pla
El diseño del Mercedes W 25 refleja una filosofía de simplicidad y eficiencia. La vista desde el puesto de conducción, por encima del volante grande y delgado y a través del pequeño parabrisas, hacia la curva de carrera con otras Flechas de Plata, ofrece una impresión clara de la experiencia del piloto. El tablero de instrumentos está reducido a lo esencial, con indicadores de cuentarrevoluciones, aceite y refrigerante.
Alcanzaba ya los 300 km/h
El Mercedes W 25 no solo es conocido por su éxito en las pistas, sino también por su innovador diseño. Este monoposto aerodinámicamente optimizado, con ruedas expuestas, representó una nueva era en la construcción de coches de carreras para Mercedes-Benz. Alcanzaba velocidades máximas de hasta 300 km/h, y su capó, equipado con cierres rápidos, permitía un acceso rápido para ajustes en boxes, un detalle crucial para la eficiencia en las carreras.
El enfoque en la construcción ligera es evidente en el W 25. Se perforaron agujeros en el bastidor, la palanca de cambios, los pedales y las correas de suspensión del escape para reducir el peso. La fórmula de carreras de 750 kilogramos, estipulada por la Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus (AIACR), exigía que los coches pesaran como máximo 750 kilogramos sin fluidos operativos, una regulación que determinó el diseño y la estructura del W 25.
Flecha de Plata: este es el motivo
Una de las historias más fascinantes sobre el W 25 es la anécdota de su carrocería plateada. Según Alfred Neubauer, director de carreras de Mercedes-Benz, el W 25 originalmente pintado de blanco pesaba un kilogramo más del límite permitido antes de la carrera de Eifel. Durante la noche, se quitó la pintura, dejando la carrocería de aluminio desnuda, y así nació la primera ‘Flecha de Plata’, cumpliendo con el peso reglamentario y sorprendiendo a los espectadores en la línea de salida.
El Mercedes-Benz W 25 se desarrolló a partir de 1933 como un coche de carreras con motor central delantero y fue mejorado continuamente hasta 1936. Su debut incluyó un motor sobrealimentado de ocho cilindros en línea y 3.4 litros, que producía hasta 354 CV. En el mismo año, se introdujo el motor M 25 B de 4 litros, con una potencia de hasta 430 CV, demostrando la constante innovación y mejora en el rendimiento del vehículo.
El legado del W 25 continuó con los Silver Arrows de los años 30 y 50. Mercedes-Benz regresó a la Fórmula 1 en 1994 como proveedor de motores y reestableció su propio equipo en 2010. Desde 1934, las Flechas de Plata han cosechado numerosos títulos, incluyendo tres Campeonatos de Europa y doce campeonatos mundiales de pilotos, consolidando su reputación como una de las marcas más exitosas en la historia del automovilismo.
El Mercedes W 25 no solo representa un hito en la ingeniería y el diseño de automóviles, sino también una era de dominio en el automovilismo que sigue influyendo en la filosofía de Mercedes-Benz hasta el día de hoy.