Pocas cosas hay tan placenteras como tener impoluto el coche. Pero no siempre es fácil: las condiciones climáticas externas, la entrada y salida de pasajeros, el desgaste… Para que tu automóvil brille con luz propia y esté siempre radiante tienes que seguir unas instrucciones. Recuerda que la limpieza del coche nunca es un tema menor… ¡Debes hacerlo correctamente y en el lugar adecuado!
Tu vehículo necesita cuidado tanto por dentro como por fuera. El salpicadero, las alfombrillas o los asientos merecen tanta atención como la pintura exterior, el capó, las ruedas, o los neumáticos. No finalices antes de tiempo el lavado de tu coche porque te has quedado sin dinero en la máquina de presión de agua. Si empiezas por el interior, no te olvidarás de realizar la limpieza que marca la diferencia: la del habitáculo.
1¿Cómo se limpian las alfombrillas?
Lo primero que debes hacer a la hora de limpiar las alfombrillas es sacarlas al exterior y sacudirlas enérgicamente para acabar con todo el barro y polvo que puede haber en su interior. Acto seguido, llena un cubo con agua tibia, un chorro de lavavajillas y media taza de vinagre blanco. Tienes dos opciones, mojar un cepillo y frotar la superficie o, con ayuda de un dosificador, pulverizar la superficie con la mezcla y dejar actuar 15 o 30 minutos dependiendo de la suciedad acumulada.
Después, con ayuda de una manguera aclara a presión las alfombrillas para acabar con cualquier resto de jabón y que las partículas de polvo incrustadas salgan con la fuerza del agua. Después, deja las alfombrillas que se sequen al aire el mayor tiempo posible para evitar que salga moho. ¿Ahora que ya has hecho el paso más elemental quieres atreverte con otras partes de tu coche? ¡Sigue estos consejos!