La transición hacia una movilidad más sostenible ha generado un aumento en la demanda de vehículos menos contaminantes. Los coches microhíbridos, o híbridos ligeros, han ganado popularidad como una opción accesible para obtener la codiciada etiqueta ECO.
Este distintivo, que otorga beneficios en muchas ciudades, se ha convertido en un atractivo tanto para conductores como para fabricantes, al permitir la circulación en Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y ofrecer ventajas fiscales. Pero ¿qué hace que esta tecnología sea tan especial y cómo funciona realmente?
2¿Cómo funciona?
El funcionamiento de un coche microhíbrido se basa en ser un apoyo complementario al motor de combustión. El motor eléctrico, de unos 12 kW, asiste en situaciones específicas como el arranque, la aceleración y la alimentación de sistemas eléctricos. Esta energía se genera principalmente a través de la frenada regenerativa o KERS, un sistema que convierte la energía cinética en electricidad almacenada en las baterías.
A diferencia de un coche híbrido convencional, las baterías de un microhíbrido no tienen la capacidad para mover el vehículo de forma independiente. Su propósito es más bien asistir al motor de combustión, aligerando la carga en momentos puntuales y mejorando ligeramente la eficiencia general del coche. Este sistema también contribuye a reducir el desgaste mecánico, especialmente en el tráfico urbano.