Mini utiliza la versión clásica de su modelo de 1988, para electrificarlo y dotarlo de numerosos nuevos detalles de diseño. Ahí entra la mano del afamado diseñador británico Paul Smith.
5Materiales ecológicos
Además de otros que ahorran recursos, el diseño de Paul Smith minimiza los elementos en el habitáculo. Un imán junto al volante aloja el smartphone, sustituyendo casi todos los antiguos botones y funciones del salpicadero, manteniendo el velocímetro.
El volante puede retirarse por completo para facilitar la entrada y la salida del coche, una solución innovadora. Y una solución irónica que simboliza el ingenio característico de Paul Smith.
«Hemos hecho un coche de los años 90 totalmente relevante para hoy», así lo describe el diseñador. «Las ideas nunca son el problema, se pueden encontrar en todas partes. El reto es ponerlas en práctica. Aquí ha funcionado. Un sueño se ha hecho realidad», afirma Oliver Heilmer.
Los ingenieros de ‘Recharged Heritage Limited’ también son colaboradores directos en hacer realidad este sueño. Responsables de convertir el Mini clásico en un vehículo sin emisiones, adaptando un motor eléctrico de 72 kW.