En el exclusivo mundo de Mónaco, donde la opulencia y los coches de ensueño son la norma, es difícil sorprender a los habitués del lujo. Sin embargo, un reciente video ha captado la atención de los aficionados al automovilismo y los curiosos de las redes sociales. En él, se ve a un multimillonario llegando al icónico Hôtel de Paris en un vehículo que parece salido de una película de ciencia ficción.
Se trata del impresionante KTM X-BOW GT-XR. Lo más llamativo de la escena no es solo la extravagancia del coche, sino la reacción de los aparcacoches, quienes, atónitos, prefieren mantenerse a distancia antes que intentar estacionarlo. Las miradas representaban la sorpresa al ver un vehículo que parecía ser sacado del espacio exterior.
El video del extraño deportivo en Mónaco
En un mundo donde estacionan a diario Rolls-Royce, Ferraris y Lamborghinis, este KTM es un desafío totalmente distinto. No solo requiere destreza para acceder a él, sino que su visibilidad reducida y su diseño centrado en la pista lo hacen más difícil de maniobrar que cualquier otro coche en el estacionamiento del hotel. Además, con un precio superior a los 300.000 euros, cualquier rasguño en su carrocería de fibra de carbono podría convertirse en un desastre económico.
El video ha generado todo tipo de reacciones en las redes. Algunos ven en este KTM una joya de la ingeniería, una máquina perfecta para los puristas del automovilismo. Otros, en cambio, lo consideran una exageración, un coche demasiado extremo para el día a día, incluso en un lugar donde el lujo y la excentricidad son el pan de cada día. Lo cierto es que, en Mónaco, donde la ostentación es moneda corriente, este X-BOW GT-XR logró lo imposible: dejar sin palabras a quienes lo vieron llegar.
¿Qué características tiene este coche que apareció en Mónaco?
El KTM X-BOW GT-XR no es un superdeportivo convencional. Desarrollado por la empresa austriaca KTM, reconocida mundialmente por sus motocicletas de alto rendimiento, este vehículo lleva el concepto de coche deportivo a un nivel completamente distinto. Diseñado con una aerodinámica extrema y un chasis ultraligero de fibra de carbono, parece más una nave espacial que un automóvil de calle. Su carrocería baja, sus líneas agresivas y su cabina cerrada tipo jet hacen que hasta un Bugatti Chiron parezca tradicional a su lado.
Bajo el capó, este deportivo esconde un motor 2.5 TFSI de cinco cilindros, el mismo que Audi utiliza en su RS3, pero con ajustes para entregar 500 CV de potencia y un par motor de 581 Nm. Gracias a su peso ultraligero de solo 1.130 kg, este vehículo ofrece una relación peso-potencia que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 280 km/h. Sin embargo, lo que realmente lo diferencia de otros superdeportivos no es su potencia, sino su configuración radical: no tiene puertas convencionales, su acceso es a través de una cúpula abatible y su interior es más propio de un monoplaza de carreras que de un coche de lujo.
