El éxito de los SUV y la electrificación de la automoción son dos vertientes opuestas que tarde o temprano van a acabar colisionando. El mercado automovilístico vive en una paradoja constante marcada por las legislaciones cada vez más severas con los vehículos contaminantes.
Todas las leyes están encaminadas a la electrificación de la automoción y al uso de vehículos cada vez más eficientes y con menos emisiones. Este camino emprendido, choca con la realidad en muchos aspectos, y uno de ellos es la tendencia de diseño que reina en la actualidad, la de los SUV. Estos 4×4 urbanos están destinados a desentonar en el escenario de movilidad ecologista con el que sueñan tantas organizaciones.
2Hacia un futuro urbano 100% sostenible
En oposición a los gustos de la mayoría de consumidores de todo el mundo, los organismos internacionales están obligando, a la población y a los fabricantes, a tomar el camino de la electrificación de la automoción. El futuro planteado es una movilidad urbana 100% eléctrica donde se dé mayor importancia a los peatones, los ciclistas y al transporte público. En este escenario los coches SUV no encajan nada bien por dos razones.
La popularización de los SUV ha hecho que se llenen las calles de coches enormes, mucho más altos que los coches tradicionales. Una característica que los hace mucho más peligrosos para los peatones. Cuando hay un SUV implicado en un atropello el riesgo de fallecimiento es mayor. Debido a su diseño es un 11% más probable que haya alguna víctima mortal en caso de atropello, además la posibilidad de sufrir lesiones graves en la parte superior del cuerpo también es mayor. Unos datos que no encajan bien con el escenario previsto por todas las organizaciones.