Devuélveme el rosario de mi madre y quédate con todo lo demás. Lo tuyo te lo envío cualquier tarde, no quiero que me veas nunca más… La espantada de Fernando Alonso de Alpine no la hubiera resumido mejor Maria Dolores Pradera. Fernando Alonso se va. Eso está claro. Pero el clima interno se ha caldeado mucho y está produciéndose el caldo de cultivo perfecto para una precipitada salida del bicampeón del mundo si la situación no mejora… y no parece que esto vaya a ocurrir.
La tensión que vivió el asturiano en el Gran Premio de Bélgica solo se equipara a sus momentos más delicados en el gran circo. Ser el centro de atención a su llegada al paddock el jueves, protagonizar discursos diferentes a los de su actual escudería, colisión con Hamilton y enfado airado por radio en carrera, ‘ghosting’ de su propio equipo que le dejó completamente solo en las 44 vueltas de Spa, su relación con el repentino futuro descabellado de Óscar Piastri… Alpine es ingobernable.
3Diferencias insalvables con Szafnauer, jefe de Alpine
«Alpine sabía mi decisión antes de que se anunciara«. Alonso fue claro ante los micrófonos. Con estas declaraciones se refería a sus mecánicos, Rossi, De Meo, es decir, a todo ser vivivente del equipo galo menos a uno, su jefe Otmar Szafnauer, ridiculizado en las últimas horas por su homólogo en McLaren, Zak Brown, que ve en la salida del equipo de Alonso un escarnio más, fruto de la mala gestión del rumano.
Es evidente que las diferencias entre Szafnauer y Alonso son insalvables y esto ha quedado patente desde el minuto 1 de su salida, cuando su jefe le imaginaba en un yate allá por Mykonos, mientras el asturiano visitaba su Oviedo natal. Cada briefing, cada reunión de equipo puede ser motivo de fricciones internas que terminen por romper esa cuerda tensada y desgastada.