Los motores tricilíndricos no son un nuevo concepto de propulsor que acaba de hacer su aparición en el complejo mundo de la automoción. Su existencia podría remontarse a los orígenes de los vehículos de cuatro ruedas, pero su uso ha sufrido altibajos continuos en función siempre de las tendencias hacia las que se dirigiera el sector.
5Hacia la hibridación del Ecoboost
El siguiente paso en la evolución del motor de tres cilindros de Ford ha sido la electrificación. Ford utiliza este motor como base para sus mecánicas Mild-Hybrid en los modelos, Fiesta y Focus.
Gracias a este sistema, consigue mejorar la eficiencia del combustible sin mermar las prestaciones. Para ello, cuenta con un arrancador/generador integrado accionado por correa (BISG), que sustituye al alternador estándar, lo que permite recuperar y almacenar la energía que normalmente se pierde durante el frenado y la parada para cargar una batería de 48 voltios.
El BISG también actúa como un motor, integrándose perfectamente con el 1.0 EcoBoost y utilizando la energía almacenada para proporcionar asistencia de par. Así, consigue reducir la cantidad de trabajo que precisa el motor de gasolina para maximizar el ahorro de combustible.