comscore

Motor16: Cuarenta años de retos y esperanzas

Vivir de hacer periodismo es una suerte, pero mantener contra viento y marea un medio de comunicación, es algo totalmente diferente. Es nuestro caso y por lo tanto me voy a permitir, sin que sirva de precedente, contar algún que otro pasaje de la intrahistoria de esta querida publicación.

Vaya por delante que 40 años de la ‘caja negra’ de Motor16 dan para mucho, desde unos comienzos grandiosos a otros de triste recuerdo; desde los grandes amores y lealtades a los amargos desengaños propios del ‘sálvese quien pueda’. Razones importantes por las cuales estamos muy orgullosos de haber llegado hasta aquí y mantener nuestras señas de identidad. Un ADN que comenzó hace cuatro décadas, cuando el entonces potente Grupo16, defensor de derechos y libertades, puso en marcha una revista del motor que sin ataduras estuviera al servicio de los conductores y reivindicara al automóvil como el mejor medio de comunicación para las personas. Con ese espíritu se formó un equipo encargado de poner en marcha un Motor16 independiente, donde la calidad de la información y la creatividad en la presentación primaran por encima de todo. El resultado, gracias a los medios de los que disponíamos para probar y comparar todo lo que se movía, fue espectacular y en menos de un año nos convertimos en un referente en la práctica de informar, formar y entretener a los lectores.

Fueron unos tiempos tan maravillosos e intensos en lo periodístico que no podíamos imaginar la que se nos venía encima como resultado de la mala gestión y soberbia de un grupo que solo tenía fachada. De hecho, si no hubiera sido porque los lectores nunca nos han abandonado y algunas marcas nos han apoyado en todo momento, habríamos sucumbido como el resto de las publicaciones del Grupo. Eso sí, nos convertimos en moneda de cambio de un conglomerado de sociedades que tenía todo tipo de contenciosos económicos.

Así transitamos en un convulso recorrido del que merece la pena destacar el buen trato recibido por los impresores Lerner primero y por el grupo Vocento después. En este sentido fue una lástima que nos tocaran en suerte unos directivos poco sensibles a la información del motor y propensos al estilo Corleone de ‘nada es personal, solo negocio’. El proceso ya lo conocen, escasez de medios, despidos, bajadas de sueldo y cierre por falta de rentabilidad. Algo que irremediablemente hubiera ocurrido si no fuera porque hay momentos en la vida en los que toca tomar decisiones y hacerse mayor. Así lo hicimos seis compañeros de fatigas y sentimentalmente unidos a Motor16 como María Jesús Beneit, Andrés Más, Pedro Martín, Javier Montoya, Alfonso J. Nieto y un servidor cuando invertimos las liquidaciones de despido para comprar a un precio desproporcionada la cabecera, mesas y sillas de una publicación que según los genios de la administración estaba hundida.

Menos mal que el tiempo siempre da y quita razones y nosotros aprendimos a administrar la escasez de recursos número a número, hasta llegar hoy a los 40 años de existencia, gracias a la incorporación en el Grupo Merca2 que nos ha permitido resistir a la crisis del papel y nos ha colocado en los primeros puestos del ranking digital. De ahí que estemos absolutamente convencidos de que solo los medios que son capaces de preservar la calidad de los contenidos podrán sobrevivir al futuro. De la misma forma que hemos aprendido que lo importante no es lo que tienes, sino a quien tienes. Y en esta revista, con Javier Montoya a la cabeza, contamos con Julián Garnacho, Gregorio Arroyo, Rogelio Camargo, Pablo J. Poza y Montse Turiel, que son un equipo de primerísima división.

Gracias, queridos lectores y sector del automóvil por creer en nosotros y por ser la parte más importante de nuestra historia.