La policía valenciana está enfrentando un desafío sin precedentes: un grupo de motoristas que, con temerarias maniobras y velocidad extrema, están causando estragos en las calles. Lo que podría parecer una escena sacada de una película de acción se ha convertido en una preocupación diaria para las autoridades locales, quienes luchan por mantener el orden mientras intentan capturar a estos modernos ‘Ghost Riders’.
4El coste humano y social
Las acrobacias de estos motoristas no solo ponen en peligro sus propias vidas, sino también las de los peatones y conductores con los que comparten las vías. Las calles de Valencia ya han sido escenario de varios accidentes graves relacionados con estas infracciones, algunos de los cuales han resultado en heridos de consideración e incluso víctimas mortales.
El impacto social también es significativo. Los vecinos denuncian que el ruido de los motores, especialmente durante la noche, afecta su calidad de vida. Y el temor a encontrarse con una de estas bandas motorizadas ha generado una sensación de inseguridad en muchas zonas de la ciudad. Un problema que no solo afecta la imagen de Valencia como destino turístico, sino que también está erosionando la confianza en las autoridades.