Las plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida (PMR) no son un lujo, son una necesidad imprescindible para garantizar su movilidad y autonomía. Sin embargo, muchos conductores siguen ignorando su finalidad y deciden estacionar en ellas sin autorización. ¿El resultado? Una multa que no solo te dolerá en el bolsillo, sino que también refleja una grave falta de civismo. Si alguna vez has pensado en aparcar en una de estas plazas “solo por unos minutos”, sigue leyendo: podrías reconsiderarlo.
2¿Por qué son tan importantes estas plazas?
Estas plazas están específicamente diseñadas para facilitar el acceso de las personas con movilidad reducida a lugares públicos y privados. Suelen estar situadas cerca de entradas principales, paradas de transporte público o servicios esenciales, y cuentan con dimensiones especiales que permiten maniobrar con sillas de ruedas o utilizar rampas con seguridad.
Aparcar en una de estas plazas sin autorización no es solo un problema legal: es una barrera directa para quienes dependen de ellas en su día a día. Imagina el impacto de llegar a un hospital, un supermercado o un centro educativo y no poder acceder porque alguien decidió ocupar una plaza PMR «por unos minutos».