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Multa de la DGT: Pagar, recurrir… las opciones que tienes

Las multas de la DGT son una herramienta esencial en la gestión de la seguridad vial. Desde un enfoque teórico, las sanciones sirven como un elemento disuasorio, destinado a fomentar comportamientos seguros y respetuosos con las normas de tránsito. Sin embargo, en la práctica, estas sanciones no están exentas de polémica, especialmente en lo que se refiere a su uso percibido como un mecanismo recaudatorio más que educativo.

La Dirección General de Tráfico (DGT) en España es el organismo encargado de la regulación y sanción de las infracciones de tráfico. Su objetivo declarado es la mejora de la seguridad vial, pero la percepción pública a menudo se divide entre quienes ven las multas como una medida de seguridad y aquellos que las consideran una forma de recaudar fondos.

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Recurrir la multa

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Recurrir una multa es una opción válida para aquellos que creen que la sanción es injusta o incorrecta. El proceso de recurrir una multa implica presentar un recurso administrativo ante la DGT. Este recurso debe contener una explicación detallada de los motivos por los cuales se considera que la multa es improcedente, acompañada de cualquier evidencia relevante que respalde la reclamación.

El primer paso es presentar un recurso de reposición ante el órgano que impuso la sanción. Si este recurso es desestimado, el siguiente paso es acudir al Tribunal Económico-Administrativo Regional (TEAR). En última instancia, si el recurso ante el TEAR también es desestimado, se puede recurrir ante la jurisdicción contencioso-administrativa.

El proceso de recurrir una multa puede ser largo y tedioso, y no siempre garantiza un resultado favorable. Sin embargo, si se cree firmemente en la improcedencia de la sanción y se cuenta con pruebas sólidas, puede valer la pena el esfuerzo. Además, durante el proceso de recurso, el plazo para el pago de la multa queda suspendido.

Ignorar la Multa

Ignorar una multa es una opción que no se recomienda en absoluto. Si un conductor decide no hacer nada respecto a una multa, las consecuencias pueden ser graves. La multa no pagada se incrementará con recargos y, eventualmente, el caso puede pasar a la Agencia Tributaria para su cobro, lo que puede llevar a embargos de cuentas bancarias, bienes o salarios.