Las vacaciones de verano son el momento perfecto para hacer todo lo pospuesto durante el curso. Planes en familia, tiempo de relax, salidas con amigos… y, en este contexto, muchos conductores no dudan en instalar en el coche una bola o enganche de remolque para transportar caravanas, portabicicletas o para remolques de caballos, quads, motos o incluso barcos. Todo esto sin conocer realmente la legislación.
No hablamos precisamente de un artilugio novedoso o revolucionario. Al final, se trata simplemente de una bola o gancho de remolque que precisamente por su simpleza nos puede incentivar a usarla de forma erronea. Es un accesorio muy conocido y básico… ¿No tiene más historia, no?
1La bola del remolque, más compleja de lo que parece
Esta bola se puede instalar fácilmente en la mayoría de los vehículos, pero constituye en sí misma un elemento gris que puede desembocar en un mar de dudas sobre la normativa específica para otros ámbitos: remolques, la homologación o las posibles responsabilidades legales que conllevan.
Por eso, aunque pueda sonar contradictorio, debes estar alerta y no infravalorar un elemento sencillo de tu coche porque su complejidad legislativa te puede llevar a infracciones insospechadas que te garanticen una buena multa. Si no te lo crees, te lo explicamos a continuación.