El rugir del motor, la carretera despejada y un instante de descuido. Un radar móvil te capta superando el límite de velocidad, y días después recibes una notificación: una multa de tráfico. Este escenario es habitual en España, donde la Dirección General de Tráfico (DGT), junto con otros organismos autonómicos y locales, cuenta con cerca de 4.000 radares distribuidos en todo el territorio.
Estos dispositivos, diseñados para mejorar la seguridad vial, abarcan radares fijos, móviles, y de tramo. Pero ahora, siete juzgados de lo contencioso-administrativo han declarado ilegales cientos de sanciones emitidas por radares móviles, cuestionando el sistema y abriendo la puerta a miles de reclamaciones.
5¿Qué implica esto para la seguridad vial?
Aunque estas decisiones judiciales beneficien a los conductores, no olvidemos que los radares cumplen un papel fundamental en la seguridad vial. Su objetivo principal es reducir la siniestralidad en las carreteras al promover el respeto por los límites de velocidad. Sin embargo, para que sean efectivos, deben operar dentro del marco legal y ético establecido.
El problema no es tanto la existencia de los radares como el uso indebido de ellos. Por eso, más que esquivar una multa, lo ideal es respetar las normas de tráfico, no solo por evitar sanciones, sino también por seguridad propia y de otros usuarios de la carretera.
Las sanciones por exceso de velocidad captadas por radares móviles están bajo la lupa de la justicia. Si has recibido una multa y sospechas que no cumple con los requisitos legales, reclamar es tu mejor opción. Asegúrate de revisar los detalles de la notificación y actúa dentro del plazo establecido.
Recuerda, conducir no solo es un placer, también es una responsabilidad. Pero si la ley te da la razón, no dudes en hacer valer tus derechos como conductor.
