El Reglamento General de Circulación no deja lugar a dudas. «Se debe circular por el carril derecho siempre que sea posible. El central y el izquierdo solo son para adelantar o para cuando las circunstancias del tráfico/vía lo aconsejen, siempre que no se entorpezca la marcha de otro vehículo que le siga». Es lo que defiende la DGT y es muy fácil de entender.
Sin embargo, miles de conductores en España abusan del carril central cada día o sufren el denominado síndrome del carril izquierdo. Es uno de los problemas de circulación más frecuentes de nuestro país y, sin duda, se debe a una falta generalizada de educación vial. Pero también a la inacción de la DGT para atajarlo.
Si bien es cierto que la DGT llama la atención habitualmente sobre el problema de abonarse al carril izquierdo y al carril central, ya sea mediante campañas, con los paneles luminosos de la carretera o a través de las redes sociales, no parece que se persiga de forma seria y activa.
3Por estos motivos no deberías circular por el carril central y el izquierdo
Circular por el carril central o el izquierdo desencadena problemas y conductas muy peligrosas. Para empezar, se entorpece la circulación del resto de vehículos. Si un coche avanza por el carril central constantemente mientras el derecho está vacío, otro automóvil que circule de forma correcta y quiera adelantarlo debe llevar a cabo más cambios de carril de lo necesario, tanto para rebasarlo, como para volver al carril derecho.
Abusar del carril central entorpece la circulación y es sinónimo de tráfico lento. Lo creas o no, este es el motivo por el que se producen muchas de las retenciones que tienen lugar cada día en nuestras carreteras. Si todo el mundo circulase de forma correcta, la fluidez del tráfico sería mucho mayor.