No tiene nada que ver. Que te pongan una multa puede entrar dentro de lo normal, es algo relativamente frecuente en la vida de todo conductor, pero hay una diferencia abismal entre una ‘multita’ y una ‘multaza’. Está claro que ningún conductor quiere ser objeto de multa en la carretera, pero lo más habitual es recibir infracciones que nos suelen costar 100, 200 o 500 euros, en función de la gravedad de la sanción, aparte de la posible pérdida de puntos en el carné de conducir.
Pero puede haber situaciones mucho más peliagudas que te cuesten casi un ojo de la cara, ocasiones en las que te tendrás que rascar el bolsillo tras cometer fechorías varias que desembocarán en costes mucho más elevados. La pesadilla de todo conductor, sin lugar a duda.
6El inhibidor de radares se lleva la palma: 30.000€
Llevar instalado en el coche un inhibidor de radares u otro dispositivo similar destinado a provocar la interferencia o evasión de los sistemas de vigilancia de velocidad se castiga para el conductor con hasta 6.000 euros, además de la pérdida de 6 puntos en el carné.
Pero atención, porque en el caso del taller responsable de su instalación, la multa podría ascender hasta los 30.000 euros. Esto no es lo mismo que un detector de radares, que en cualquier caso también es sancionable por solo llevarlo. Te pueden multar con hasta 500 euros y 3 puntos en el carné solo con llevarlo en tu vehículo.