En 2025, los neumáticos Pirelli P Zero cumplen 40 años. A lo largo de sus cuatro generaciones, los P Zero han sido toda una referencia entre las cubiertas de altas prestaciones. De hecho, hay una cifra absolutamente reveladora: más de 3.000 diferentes automóviles han homologado un neumático Pirelli P Zero como sus ruedas de primer equipo, con las cuales han salido de fábrica dispuestos a ofrecer el máximo rendimiento.
Entre estos vehículos se encuentran referencias como el Ferrari F40 (que estrenó “oficialmente” los P Zero). También en su última etapa los Ferrari Testarossa (512 TR) y Lamborghini Countach equiparon las P Zero. Posteriormente lo harían los Lamborghini Diablo, Murciélago y Aventador, así como el Ferrari LaFerrari. Otros míticos deportivos calzados con Pirelli P Zero han sido los McLaren MP4-12C y P1, los Pagani Zonda, Huayra y Utopia o los Aston Martin Vanquish, DB9 y V12 Vantage, sin olvidar diversas versiones de los Porsche 911, Cayenne y Macan.
Pirelli P Zero: Un neumático nacido del grupo B
Pero aunque el F40 fue el primer automóvil que montó “oficialmente” los Pirelli P Zero en 1986, los primeros P Zero aparecieron en 1985 equipando al exclusivo Lancia Delta S4 Stradale, la versión de calle del mítico automóvil de Grupo B. Precisamente, la primera versión homologada para carretera del P Zero era una evolución de las ruedas desarrolladas para el legendario modelo de rallys.
El Delta S4 nació para relevar al Lancia 037, un modelo extraordinariamente rápido que acabó superado en los rallys de tierra por sus nuevos rivales de tracción total como el Peugeot 205 T16 o el Audi Quattro. Ello obligó a Lancia a desarrollar un prototipo de chasis tubular, motor central trasero y tracción total del que únicamente se fabricaron las 200 unidades requeridas para la homologación (e incluso menos, según las malas lenguas), vehículos que cuyo valor puede superar hoy el millón de euros.
Los Grupo B como el Delta S4 fueron el pistoletazo de salida para los neumáticos de ultra altas prestaciones (UHP), y la marca P Zero se convirtió rápidamente en un símbolo de deportividad y rendimiento.
El Pirelli P Zero jubiló al revolucionario P7
Los Grupos B dieron un impulso definitivo a la evolución y generalización de los turbocompresores y otros recursos técnicos de alto rendimiento, que supusieron un incremento sin precedentes en los niveles de potencia de los automóviles y demandaron neumáticos de mayor rendimiento, especialmente teniendo en cuenta que esa escalada de potencia llegó antes de que aparecieran los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción que hoy consideramos imprescindibles.
Al igual que el Delta S4 y su sistema de tracción total dejaron obsoleto al rapidísimo 037, el Pirelli P Zero fue también poco a poco reemplazando al P7, publicitado como el primer neumático de perfil bajo de la historia y lanzado en 1976 gracias a la particular visión del ingeniero Mario Mezzanotte.
El concepto del P Zero era absolutamente rompedor. Si hasta entonces cada referencia de neumático estaba destinada a lograr un buen rendimiento en unas situaciones concretas (asfalto seco, lluvia, nieve, clima cálido, etc.), en la banda de rodadura del P Zero se solapaban las tres características principales de los neumáticos de competición.
El hombro interior (que recibe el mayor apoyo en recta en los vehículos deportivos por su habitual ángulo de caída negativo), estaba dotado de ranuras similares a las de los neumáticos de lluvia de competición, y garantizaba adherencia sobre asfalto mojado.
Por su parte, el exterior de la banda de rodadura se inspiraba en los neumáticos lisos o slicks, y ofrecía máxima tracción en condiciones de seco y máxima adherencia en los apoyos en curva a alta velocidad, apoyos que ejercen su máxima presión en esa zona del neumático.
Finalmente, la parte central de la banda de rodadura adoptaba algunos elementos característicos de las gomas intermedias, equilibrando los dos extremos y sirviendo para proporcionar una transición entre ellos y una mayor progresividad de reacciones, algo siempre crítico en neumáticos de gran anchura. Esta combinación representó una importante innovación, superando los límites tradicionales del diseño de neumáticos.
Del mismo modo, las ruedas delanteras, más estrechas, con menores necesidades motrices, mayor esfuerzo durante el frenado y con la responsabilidad añadida de dirigir el vehículo, adoptaban un diseño específico, lo que también suponía una verdadera revolución.
Además, los P Zero se fabricaban con perfiles extraordinariamente bajos, abriendo la puerta al aumento de diámetro de las llantas y a la adopción de frenos de mayores dimensiones que, por supuesto, requerían un incremento en el rendimiento de los neumáticos.
La experiencia de Pirelli en los rallys con el exigente Delta S4 fue crucial a la hora transferir esta tecnología avanzada a los neumáticos de calle. De hecho, durante el Rallye Sanremo, el Lancia Delta S4 de Miki Biasion utilizó neumáticos P Zero de calle (que todavía no estaban a la venta para el público general) en los tramos de enlace entre etapas. Funcionaron tan bien que el piloto italiano decidió mantenerlos para una especial muy mojada y marcó el mejor tiempo, superando a competidores que usaban cubiertas de competición específicas para lluvia. Acababa de nacer una auténtica referencia.