Los neumáticos son al coche lo mismo que para nosotros el calzado. Nos mantienen en contacto con la carretera y son el único elemento que toca directamente el asfalto, así que es fundamental revisarlos a menudo para asegurarnos de que estén en buen estado. Y mucho más en días de lluvia o nieve, como los que hemos tenido en la última semana, porque la Dirección General de Tráfico (DGT) advierte de que el riesgo de sufrir un accidente aumenta hasta un 70% con lluvia.
Llevar las ruedas demasiado desgastadas, con una profundidad del dibujo por debajo de lo recomendado o con la presión incorrecta puede hacer que perdamos el control del coche con lluvia intensa. Incluso que suframos el temido aquaplaning, que principalmente se debe a la falta de agarre. Si quieres mejorar tu seguridad en carretera, los mecánicos nos dan un truco que podemos aplicar en días lluviosos. ¿Lo sabías?
Esta es la recomendación de un mecánico que deberías aplicar en tus neumáticos
Los mecánicos se refieren a la presión de los neumáticos. Lo primero que debes saber (si no lo sabes ya) es que lo ideal es circular siempre con las ruedas en la presión que recomienda el fabricante. Si tienes dudas, siempre puedes consultarlo en el manual del vehículo, en el marco de la puerta del conductor, en la guantera o en la tapa del combustible
Ahora bien, los mecánicos tienen un truco que afirman que funciona muy bien en días de lluvia. Si el suelo está demasiado mojado y hay balsas de agua, recomiendan subir la presión de los neumáticos 0.5 bares para que la zona que está en contacto con el agua sea un poco más pequeña y, por tanto, evitemos el aquaplaning.
Y también hacen una recomendación a la inversa. Si está empezando a llover o ha llovido muy poco, recomiendan bajar ligeramente la presión para que aumente la parte de la banda de rodadura que está en contacto con la carretera Así, mejoraremos el agarre de los neumáticos, porque cuando empiezan a caer las primeras gotas es el momento más peligroso. Esa lluvia se mezcla con el polvo, el aceite y la grasa del asfalto, así que hace que la carretera resbale mucho más que cuando está completamente mojada.
¿Cómo debemos conducir cuando llueve?
Conducir con lluvia, nieve o hielo en la calzada requiere extremar la precaución, igual que en condiciones con baja visibilidad, niebla o nubes de polvo y humo. Sin embargo, la lluvia intensa puede llegar a ser peligrosa en la carretera, sobre todo si los limpiaparabrisas no dan abasto y se reduce seriamente la velocidad. Es sentido común saber cómo actuar ante estas circunstancias, pero nunca está de más recordarnos cómo actuar.
Lo primero, y no solo cuando llueve, es hacer una revisión a tu vehículo para asegurarte de que todo está en orden. Y en estas condiciones lo más importante son los neumáticos: si están en buen estado y la profundidad mínima del dibujo está por encima de 1,6 mm (es el límite legal, pero lo recomendable es que no bajen de 3 mm).
Hay que reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad con los vehículos que circulan por delante, porque tardarás unos metros más en frenar que en condiciones de seco. También hay que practicar una conducción anticipativa y en lugar de frenar, levantar el pie del acelerador y reducir poco a poco la velocidad.
Por supuesto, enciende siempre el alumbrado para ver y ser visto, evitar las líneas blancas porque proporcionan muy poco agarre e intenta reducir el aquaplaning a toda costa. Nunca hay riesgo cero, pero de esta manera reducirás al máximo el riesgo de sufrir un accidente o de provocarlo.