El invierno ya se hace sentir, con las primeras nevadas apareciendo en lugares como Sierra Nevada y el Pirineo. Este cambio de estación nos recuerda la importancia de preparar nuestros vehículos para las condiciones climáticas adversas, revisando aspectos como el sistema de calefacción, el nivel de líquidos, las baterías y, por supuesto, los neumáticos.
En zonas donde las temperaturas caen por debajo de los siete grados, los neumáticos de invierno son una opción inteligente (y económica en Amazon). Aunque no son obligatorios en España, como sí ocurre en muchos países europeos, su uso puede ser decisivo para mejorar la seguridad en carreteras mojadas o nevadas. Sin embargo, un error común al utilizarlos podría estar poniendo en riesgo a los conductores.
1Entender las ventajas de los neumáticos de invierno
Los neumáticos de invierno ofrecen ventajas claras frente a los convencionales. Están fabricados con un compuesto de goma más flexible, lo que garantiza una mejor adherencia en temperaturas bajas. Su dibujo más profundo permite evacuar el agua con mayor eficacia, ofreciendo tracción superior en superficies nevadas y resbaladizas.
Además, en España, el uso de neumáticos de invierno exime de la obligación de llevar cadenas en caso de nevadas, lo que los convierte en una opción cómoda y práctica para los conductores que frecuentan áreas montañosas. Sin embargo, estos beneficios pueden ser inútiles si no se presta atención al estado y mantenimiento de estas gomas, especialmente cuando se almacenan durante meses.