El invierno ya se hace sentir, con las primeras nevadas apareciendo en lugares como Sierra Nevada y el Pirineo. Este cambio de estación nos recuerda la importancia de preparar nuestros vehículos para las condiciones climáticas adversas, revisando aspectos como el sistema de calefacción, el nivel de líquidos, las baterías y, por supuesto, los neumáticos.
En zonas donde las temperaturas caen por debajo de los siete grados, los neumáticos de invierno son una opción inteligente (y económica en Amazon). Aunque no son obligatorios en España, como sí ocurre en muchos países europeos, su uso puede ser decisivo para mejorar la seguridad en carreteras mojadas o nevadas. Sin embargo, un error común al utilizarlos podría estar poniendo en riesgo a los conductores.
3El problema de los neumáticos cristalizados

Otro error que pasa desapercibido para muchos conductores es no revisar si los neumáticos de invierno se han cristalizado. Este fenómeno ocurre cuando la goma pierde flexibilidad y se endurece debido a un proceso químico que puede ser acelerado por el calor. Al haber pasado el verano almacenados, estos neumáticos son más propensos a endurecerse y perder eficacia en la carretera.
Un neumático cristalizado no solo tiene menor adherencia, sino que también es más susceptible a agrietarse o romperse bajo presión. Antes de colocarlos, es fundamental inspeccionar su estado visualmente y, si se detectan signos de cristalización, considerar reemplazarlos para evitar riesgos.