El SUV nipón estará disponible en cuatro versiones bajo los nombres ST, ST+, ST-L y Ti, con un precio de partida para el modelo base de 18.121 dólares australianos (16.526 euros). Los dos modelos intermedios de gama; el ST+ y ST-L, parten desde los 18.150 y los 20.040 euros respectivamente, seguidos del tope de gama, cuyo precio empieza en 21.545 euros.
Bien equipado de serie
En cuanto a equipamiento, el modelo básico cuenta de serie con llantas de 17 pulgadas, luces LED, alerón trasero, cámara de marcha atrás, sensores de aparcamiento traseros, espejos eléctricos, sistema de infoentretenimiento con pantalla de 8 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto, reconocimiento por voz y una pantalla de 4,2 pulgadas en el cuadro de instrumentos, además de todos los asistentes de seguridad como el de colisión frontal, el de aviso de salida del carril o el de aviso del ángulo muerto, entre otros.
Si damos el paso a la versión ST+, esta añade a todo lo anterior sensores de aparcamiento delanteros, asientos delanteros calefactables y sistema de navegación. El ST-L suma llantas de 19 pulgadas, luz ambiental, pantalla de 7 pulgadas tras el volante, sistema de sonido con siete altavoces, freno de mano electrónico con función auto-hold, detalles en cuero en volante, palanca y asientos, modos Eco, Standard y Sport o control de crucero inteligente. Finalmente, la versión tope de gama va un paso más allá y ofrece, además de todo lo anterior; llantas de 19 pulgadas con otro patrón de diseño, antena con forma de aleta de tiburón, medidor de presión de los neumáticos, sistema de audio premium Bose y una tapicería en cuero y Alcantara.
Bajo el capó todos son iguales
Ahora bien, independientemente del acabado que elijamos, el motor siempre es el mismo; un 1.0 turbo de tres cilindros que genera 114 CV de potencia. Esta se transmite exclusivamente al eje delantero y se hace por medio de una caja de cambios automática de doble embrague con siete relaciones.
Para que te hagas una idea, el modelo básico del Juke en España empieza en los 17.750 euros, por tanto, unos 1.000 euros más caro que en Australia.