Los precios y el interés por los Skyline de Nissan han ido subiendo de manera gradual con el paso de los años, llegando la firma nipona incluso a iniciar un programa dedicado a fabricar piezas de repuesto para estos modelos clásicos desde 2017. Ahora, la división Nismo va un paso más allá en cuanto a restauración se refiere.
Desmontado entero
La firma ofrece una completísima restauración en la que el modelo es completamente desarmado de arriba abajo. Nismo lo pinta en color blanco al completo de manera que salten a la vista las pequeñas imperfecciones que puedan tener tanto la carrocería como el chasis. Más tarde, los clientes pueden elegir si quieren que el coche se deje completamente desnudo, llegando al metal, y después sumergido en una solución electroestática que protege el acero y elimina todo rastro de óxido que pueda tener.
Lo siguiente que se hace es utilizar una máquina para medir la rigidez a la torsión del coche, para después colocar distintas planchas en el suelo del coche para reducir el sonido y las vibraciones. La carrocería pasa después por la cabina de pintura y el usuario vuelve a tener la opción de pintarlo en el color original o de decantarse por alguna otra opción.
En cuanto al motor, Nismo desmonta por completo el bloque y vuelve a armarlo, reparando o sustituyendo las piezas desgastadas o dañadas.
Un interior con dos caminos
En el interior hay dos opciones. Al no poder Nismo utilizar los mismos materiales que se usaron en los modelos de aquella época por nuevas normativas de seguridad (relacionado con los retardantes en caso de incendio), nos ofrece o bien utilizar el interior que encontraríamos en un Nissan GT-R en cuanto a materiales o bien limpiar y restaurar los materiales originales lo mejor posible.
Ahora bien, todo esto parece el paraíso hasta que te dicen lo que te costará. Y es que Nismo pide el astronómico precio de 433.000 dólares por ello; es decir, unos 356.200 euros.
