Los radares han vuelto a estar en el centro de la polémica, como ya ha ocurrido varias veces en los últimos meses, esta vez por un problema relacionado con la falta de homologación. Lo peor de todo es que pese a no cumplir con la normativa, los conductores siguen siendo multados y tienen que recurrir después esas sanciones.
En España, es la Dirección General de Tráfico (DGT) quien controla los radares y los homologa, de tal manera que no vemos situaciones que sí son frecuentes en otros países. Por ejemplo, los conductores contratados por empresas externas que circulan con sus propios vehículos por un sueldo que ronda los 2.000 euros al mes y multan a otros conductores.
Se ha convertido en una tendencia en Francia y en un trabajo bastante demandado, pero no es legal en España. Sin embargo, hay otro país que está teniendo un serio problema con sus radares y que se enfrenta a una situación que está provocando el enfado de muchos conductores
1El lío de Italia con los radares
La situación que te vamos a contar no ha ocurrido en España, sino en Italia, y es bastante controvertida. Hace unos meses, una sentencia obligó a que todos los radares de velocidad ubicados en las carreteras italianas tenían que estar homologados. Los que se instalaron a partir del 13 de agosto de 2017 quedaban homologados sin tener que hacer nada más, porque son suficientemente nuevos como para volver a pasar una revisión.
En cambio, todos los radares fijos instalados antes de esa fecha tenían que pasar de nuevo por un proceso de homologación. Además, el decreto que se publicó a consecuencia de la sentencia obligaba a desconectar todos los radares hasta que pasaran por esa revisión. Sin embargo, muchos ayuntamientos se mostraron en contra y no lo hicieron, así que ya estaba en lío formado. Además, ocurrió en pleno verano, y a Tráfico no le convenía desconectar tantos radares en plena época estival y con millones de desplazamientos por las carreteras italianas.
¿Y qué hicieron? La mayoría siguieron conectados, a pesar de no tener esa homologación obligatoria, así que los conductores continuaron recibiendo multas en sus casas.