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Noruega piensa en eléctrico: El 90% de los coches vendidos son eléctricos

Casi el 90% de los coches nuevos vendidos en Noruega en 2024 eran eléctricos. Este notable avance se ha logrado gracias a la estrategia del país nórdico que busca convertirse en el primer lugar del mundo donde los coches de combustión sean prácticamente inexistentes en el mercado para 2025. Aquí, exploraremos las estrategias implementadas y el impacto de este cambio hacia la movilidad sostenible.

Un hito en la venta de coches eléctricos

Según los datos ofrecidos por la Federación Noruega de Carreteras (OFV), el 90% de las ventas de vehículos nuevos en Noruega son ahora de modelos totalmente eléctricos. Este hecho sitúa al país en la vanguardia de la transición hacia un transporte sostenible. La directora de la OFV, Christina Bu, subraya la importancia de este cambio:

«Noruega será el primer país del mundo en eliminar en la práctica los coches con motor de gasolina y diésel del mercado en el ámbito de las ventas.»

Este pronóstico ambicioso refleja no solo una tendencia, sino una realidad que podría inspirar a otros países a seguir un camino similar. Con marcas como TeslaVolkswagen y Toyota liderando las preferencias del consumidor, Noruega ha logrado hacer de los vehículos eléctricos una opción atractiva para la población.

Estrategias fiscales: Una clave para el éxito

Una de las estrategias más efectivas que ha implementado Noruega es la penalización fiscal de los vehículos de combustión. En lugar de simplemente incentivar la compra de coches eléctricos, Noruega ha optado por aumentar los impuestos sobre los vehículos que emiten CO2. Este enfoque ha generado un efecto significativo en la decisión de compra de los ciudadanos.

Exenciones fiscales para los vehículos eléctricos

Además de penalizar los vehículos contaminantes, el gobierno noruego ha ofrecido exenciones fiscales que han hecho que los coches eléctricos sean considerablemente más atractivos. Los impuestos de importación y el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) están exentos para los coches cuya motorización es totalmente eléctrica. Esto no solo ha reducido el costo inicial de estos vehículos, sino que también lo ha impulsado en el mercado de segunda mano, generando un efecto dominó en la adopción pública.

Un compromiso sostenido a través de los gobiernos

La continuidad en las políticas públicas es un aspecto crucial que ha facilitado esta rápida transición. Christina Bu menciona que, a diferencia de otros países donde los incentivos fiscales pueden variar según el gobierno de turno, en Noruega, ambas partes políticas han mantenido un enfoque estable y decidido en la promoción de la movilidad eléctrica.

«Muy a menudo vemos en otros países que alguien pone incentivos fiscales o exenciones y luego los retira», critica Bu, señalando que la estabilidad en la política de vehículos eléctricos ha sido uno de los factores más determinantes en el éxito de Noruega.

Esto enfatiza el papel de la planificación a largo plazo en la evolución del mercado automovilístico noruego. La población tiene confianza en que, independientemente del partido que gobierne, las políticas que fomentan el uso de vehículos eléctricos seguirán vigentes.

Infraestructura y autonomía de carga

Un aspecto vital de la evolución de los coches eléctricos en Noruega es la infraestructura de carga. El país ha invertido significativamente en la creación de estaciones de carga a lo largo de su territorio, aumentando la comodidad y practicidad para los usuarios de vehículos eléctricos. Con una red de carga rápida que permite recargar la batería en cuestión de minutos, el miedo a la autonomía limitada se ha convertido en cosa del pasado.

Este esfuerzo logístico ha facilitado la adopción de coches eléctricos, permitiendo que incluso aquellos que viven en áreas rurales tengan acceso adecuado a la infraestructura necesaria. Adicionalmente, muchos municipios han comenzado a instalar cargadores en plazas públicas, incentivando una mayor adopción desde la base.

Beneficios ambientales y económicos

Además de la economía de mercado y la infraestructura, hay variados beneficios ambientales asociados con el aumento en la adopción de vehículos eléctricos. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es una de las prioridades para el futuro del planeta y Noruega está bien posicionada para liderar este esfuerzo.

En este sentido, los vehículos eléctricos no solo contribuyen a reducir la contaminación en las ciudades, sino que también promueven la sostenibilidad y el uso de energías renovables en el transporte. Esto es especialmente relevante en un país donde, gracias a su abundante energía hidroeléctrica, la electricidad utilizada para cargar estos coches a menudo proviene de fuentes limpias.

Un ejemplo a seguir para otros países

Los logros de Noruega en el ámbito de la movilidad eléctrica no pasan desapercibidos para otras naciones. A medida que avanza la agenda global hacia la sostenibilidad, otros países están observando de cerca el modelo noruego. La combinación de incentivos fiscales, políticas coherentes de largo plazo, una sólida infraestructura de carga y un fuerte compromiso político ofrece un marco efectivo que puede ser replicado en diferentes contextos.