La legislación final tendrá que negociarse con el Parlamento Europeo y los distintos gobiernos, pero los ministros de Transportes de la Unión Europea acaban de dar el espaldarazo definitivo a las nuevas normas que regirán los destinos de los conductores en el continente.
Entre las principales novedades destaca el acuerdo para bajar a los 17 años la edad en la que los jóvenes pueden empezar a conducir, la creación de un carné de conducir digital valido en toda la UE o el refuerzo de la cooperación administrativa entre los estados miembros que permita la identificación de los conductores infractores en todos los países, la ejecución de las multas o la retirada del permiso de conducir independientemente del país en que sean sancionados.
Medidas que se unen a otras muchas propuestas con las que los Veintisiete pretenden mejorar la seguridad vial y lograr ese objetivo de reducir las muertes y lesiones graves en accidentes de tráfico en un 50% para 2030. Estas son algunas de ellas.
3Infracciones de tráfico que cruzan fronteras
Los ministros de la Unión Europea también acordaron mantener la petición de la Comisión Europea para que la retirada del permiso a los conductores que cometan una infracción en un estado miembro implique de forma automática que esa persona no pueda conducir en toda la Unión Europea.
En la actualidad, la legislación transfronteriza solo cubre infracciones como el exceso de velocidad o la conducción bajo los efectos de las drogas, y Bruselas quiere que se extienda también a casos de conductores multados por realizar adelantamientos peligrosos, por conducir en sentido contrario, por implicación en un atropello y fuga, etc.
Además, también se ha acordado mejorar los mecanismos de información y la burocracia administrativa para que las infracciones de tráfico que se cometen en un país no queden impunes en otro con el objetivo de que los conductores no residentes en el país respeten las normas de tráfico del resto de los estados miembros. Según las cifras, aproximadamente el 40% de las infracciones de tráfico que se cometen fuera de las fronteras quedan impunes por la imposibilidad de identificar al conductor.