El nuevo BMW i7 tiene un frontal realmente impactante. Pero no solo a causa de la gran parrilla doble tipo riñón, que en este caso alcanza un tamaño desmedido. Sino que también los nuevos grupos ópticos dobles tienen mucho que decir. Y es que el BMW i7 tiene joyas en los faros.
Concretamente en los superiores, configurados como una línea longitudinal de led que hace las veces de luz diurna.
El BMW i7 tiene joyas en los faros
En este caso han sido desarrollados en colaboración con Swarovski, el famoso joyero experto en la talla del cristal con formato de diamante.
En palabras de los propios responsables de la firma de joyería, “todo un reto por lo que supone entrar en un mundo hasta el momento desconocido”. Swarovski ha tallado una serie de cristales que se ubican longitudinalmente a lo largo de toda la óptica. Creando un efecto estético sofisticado y que según confirman desde BMW, durante el día da la sensación de tratarse de tomas de aire.
Doble reto para Swarovsky
Swarovsky se ha enfrentado a un doble reto; por un lado crear las piezas no ha sido sencillo, pues debían ser muy finas y claras. Por otro la sujeción de las mismas ha sido todo un desafío. Para lo cual ha desarrollado una especie de carcasa flotante que asegura con precisión milimétrica la posición de las mismas durante toda la vida útil del vehículos.
El conjunto se completa con una ‘sinfonía’ lumínica de bienvenida que se reproduce cada vez que el propietario se acerca al coche. Y que afecta tanto a los grupos ópticos como a la parrilla, también iluminada.
Los técnicos de BMW destacan las posibilidades de este tipo de cristal por la cantidad de matices que aporta frente a las tradicionales tulipas de plástico y fibra, mucho más uniformes en su visión. Por el momento sólo las hemos visto a bordo de la versión presentada xDrive60 del i7, en este caso el eléctrico de 536 caballos que combina un motor delantero de 255 caballos eléctrico con uno trasero de 308. Combinados con una batería de 102 kWh que homologa 485 caballos.