El segmento B es uno de los más activos, y uno de los que crece a mayor ritmo. Y también es uno de los más reconocibles, con representantes clásicos que llevan años peleando por dominar el mercado. Volkswagen Polo, Renault Clio, Opel Corsa, Seat Ibiza, Citroën AX/Saxo/C3, Peugeot 205/206/207/208… son sagas de modelos con las que los europeos, en muchos casos, aprendieron a conducir. Y por supuesto el Fiesta, el coche con el que Ford hace 40 años se lanzó a la aventura de los utilitarios. Y cuatro décadas y 17 millones de coches vendidos después la aventura sigue y el Fiesta quiere seguir siendo protagonista principal de esta película.
Para ello, acaba de presentar en Colonia la octava generación del Fiesta, un modelo con el que quieren dar un salto de calidad y atacar el segmento B por la parte alta atacando a los modelos más premium, cuyas ventas son las que más crecen y dejando la parte baja al recién llegado Ka+.
Diferentes modelos apostando por la tecnología
Para cumplir el objetivo de ofrecer algo diferente, los responsables de la marca del óvalo han creado una familia de modelos distintos (en realidad son versiones con diferente estética y nivel de acabado, con las que trata de demostrar su diferente personalidad). En el terreno de la exclusividad pone en liza una versión Vignale desconocida hasta ahora en este segmento (con diseños exclusivos, llantas de aleación de 18 pulgadas, exclusivos detalles exteriores y colores, y asientos de cuero acolchados hexagonales). Para los más deportivos está el ST-Line, que cuenta con un diseño exterior e interior más dinámico, incluyendo llantas de aleación específicas, rejilla, parachoques delantero y trasero, diseños de faldones laterales, asientos deportivos, pedales de aleación…
La versión elegante será el Fiesta Titanium, que engloba calidad y diseño en el acabado que acapara el mayor volumen de ventas. Y el cuarto de la familia es, posiblemente, el más llamativo, un Fiesta -vestido de SUV-, el Active, que destaca por su estilo aventurero, con barras de techo o protecciones de alumnio en el frontal y faldones laterales. Pero es solo imagen y no hay ni mayor altura al suelo ni ningún dispositivo pensado para una conduccion 'off road'.
Diferencias en el estilo pero con una característica común: la apuesta por la tecnología, con datos contundentes como los 15 asistentes de ayuda a la conducción que puede ofrecer (reconocimiento de señales de tráfico, alerta de puntos ciegos, alerta de tráfico cruzado, sensor de distancia, sistema de alerta y mantenimiento de carril o sistema de alerta de colisión frontal…) o las dos cámaras, tres radares y 12 sensores que, combinados, 'ven' 360 grados alrededor del coche y 'escanean' la vía hasta 130 metros de distancia.
Gracias a ello es el primer Ford que ofrece una versión mejorada del Pre-Collision Assist con tecnología de detección de peatones, que localiza en la noche a personas que se encuentran por delante del coche. Y por primera vez el Fiesta cuenta con el Active Park Assist de Ford con sistema de aparcamiento en batería.
En la construcción del nuevo Fiesta ha aumentado su rigidez torsional un 15 por ciento gracias al mayor uso de acero al boro o la soldadura por láser. Las medidas del chasis también influirán en la dinámica, pues la vía delantera se incrementa en 30 milímetros, la vía trasera en 10 y la distancia entre ejes crece 4 milímetros. Eso permite optimizar la geometría de la suspensión para ruedas de 18 pulgadas.
En el apartado de la seguridad hay novedades como un sistema acoplado al cinturón de seguridad para retenerlo, un dispositivo de activación mecánica que ayuda a evitar el deslizamiento en la parte baja del cinturón durante un accidente y elimina la necesidad de un airbag de rodilla del conductor.
Gasolina VS Diesel
En cuanto a los motores, la familia Fiesta contará con una gama de propulsores de gasolina y diésel que cumple la normativa Euro 6 y con tecnología Auto Start Stop para ofrecer la mejor eficiencia posible. En gasolina, el protagonismo es para el tricilíndrico EcoBoost 1.0 con 100, 125 y 140 caballos, combinado con una nueva transmisión manual de seis velocidades con la que se consiguen unas emisiones de CO2 a partir de 95 g/km. Y también estrena una caja de cambios automática opcional para el motor EcoBoost de 100 caballos.
Hay más primicias en gasolina, como un nuevo motor tricilíndrico de 1,1 litros -con caja de cambios manual de 5 marchas- y 70 u 85 caballos de potencia, que reemplaza al anterior 1.0 y baja las emisiones hasta los 98 g/km de CO2.
Y en diésel, la gama empieza con el 1.5 TDCI que con sus 85 caballos -10 más que en el actual Fiesta- ofrece unas emisiones de solo 82 g/km de CO2. Y por encima se sitúa el 1.5 TDCI con 120 CV, que es el primer motor diésel de alta potencia ofrecido para el Fiesta y que combina una experiencia divertida con unas emisiones de CO2 de 91 g/km.
En el interior se aprecia la apuesta por la calidad de acabado, el diseño y los materiales. Por ejemplo, la pantalla táctil de 8 pulgadas, flotante e inspirada en las tablets, se puede manejar con gestos de pinzamiento y deslizamiento, y el gran techo acristalado opcional cuenta con dos paneles de vidrio templado que cubren casi todo el techo del coche.
Y en el interior tienen gran protagonismo tecnológico los diversos sistemas de comunicación, con el avanzado SYNC 3, que permite controlar audio, navegación y teléfonos inteligentes mediante órdenes de voz, o los nuevos sistemas de audio B & O Play, que ofrecerán una experiencia de sonido personalizada con diez altavoces.
Muchas novedades para un Fiesta que a partir del próximo verano volverá a batirse el cobre con sus rivales de toda la vida.