El éxito del T-Cross es indudable. En apenas cuatro años, se han fabricado cerca de 1,2 millones de personas de este pequeño SUV, de sólo 4,11 metros de longitud. Esto da un promedio de 300.000 unidades producidas cada año, en las cuales se incluyen los modelos vendidos fuera de Europa bajo los nombres Tacqua y Taigun. La fase de preventa del nuevo T-Cross comenzará en el último trimestre de 2023 y las primeras unidades se entregarán a principios de 2024.
Ahora recibe una actualización de mitad de vida comercial, que en principio afecta sobre todo a la parte estética. De este modo, encontramos un diseño remozado de la parte delantera y trasera, con nuevos faros, luces diurnas y pilotos, todos con tecnología LED. Asimismo, se introduce como opción unos faros matriciales LIGHT LED que son un desarrollo completamente nuevo de Volkswagen y se ofrecen por primera vez en el T-Cross. Además, se han añadido tres nuevos colores vivos para la carrocería: Grape Yellow (sólido), Clear Blue Metallic y Kings Red Metallic (metalizados).
Otra novedad importante recae en la bola de remolque opcional, que ahora puede soportar un peso vertical de 75 kilogramos, 20 kg más que antes. De esta forma, es posible transportar bicicletas eléctricas (mucho más pesadas que las convencionales) en un portabicicletas homologado.
El T-Cross mejora en la parte digital
En el interior, el cambio más importante está en los actualizados sistemas de infoentretenimiento, que ahora cuentan con una pantalla separada del resto del salpicadero, en vez de estar integrada en él. Hay dos tamaños: la estándar, de 8 pulgadas, y la superior, de 9,2”. Además, todas las versiones están equipadas con un cuadro de instrumentos digital de serie.
También hay cambios en los tapizados del salpicadero y las puertas, así como en el diseño de algunas partes del salpicadero, como los aireadores. Los mandos del climatizador automático, disponible como opción (el aire acondicionado es de serie, con regulación manual), también cambian por otros similares a los usados en el Polo, mediante una superficie táctil.
Se mantiene una de las virtudes que han caracterizado al T-Cross, como es la amplitud y versatilidad del habitáculo. La banqueta trasera se puede desplazar en 140 mm y, con ello, adaptar la capacidad del maletero y el espacio para las piernas de los pasajeros posteriores en función de las necesidades. Dicha capacidad fluctúa entre 385 y 455 litros.
Cuando el asiento trasero está plegado (división 60:40), esto crea un área de carga plana con un volumen de almacenamiento de hasta 1.281 litros (cargado hasta la altura de los respaldos del asiento delantero). Además, el asiento del pasajero delantero también se puede plegar, de modo que queda un área de carga continua desde la parte trasera hasta la delantera es de 2.398 mm de longitud.
Cuatro acabados y sólo motores de gasolina
En lo que respecta a la gama, la marca alemana ha anunciado cuatro posibles niveles de equipamiento para el nuevo T-Cross, si bien no es seguro que todos se ofrezcan en el mercado español. Al acabado de acceso, sin denominación, se unen el Life, el Style y el R-Line. El Life añade elementos como unas nuevas llantas de aleación de 16 pulgadas y un volante multifunción de cuero, mientras que los otros dos se caracterizan por acentuar la elegancia (Style) y la deportividad (R-Line).
Sobre la gama de motores, la marca alemana sólo ha confirmado que se reducirá a propulsores de gasolina TSI, al igual que en el anterior modelo (1.0 TSI de tres cilindros y 1.5 tetracilíndrico). A falta de más detalles, es probable que se introduzca un sistema de hibridación ligera en los dotados con cambio automático, al igual que sucede en el Golf.