¡Atención, cuidado con el radar! Tenemos esa frase grabada a fuego y ya la podemos interpretar de mil maneras en función de todas las diferentes formas en las que los radares se pueden mimetizar con elementos de la carretera. Los buscamos, queremos ser más listos que ellos, intentamos encontrarlos visualmente para dar con ellos antes de que ellos den con nosotros, pero la tecnología se impone en todos los sectores, y el de la vigilancia en carretera no podía ser menos.
En los últimos años hemos visto como, de preocuparnos solo por radares fijos y móviles tradicionales, hemos empezado a recibir multas de muchos otros elementos que hacen las veces de radar: helicópteros, drones, furgonetas camufladas, cámaras de control o incluso de los temidos Veloláser, que pueden esconderse a la vista ubicándose, por ejemplo, en un guardarraíl. Pero esto no para. Cada año conocemos nuevos mecanismos…
1Primero en Francia, luego en España
En Francia, de hecho, hay que reconocer que muchas veces son pioneros a la hora de probar nuevos mecanismos. Más allá de un ensayo-error típico, en el país vecino tienen buen ojo eligiendo fantásticas soluciones para facilitar la vida de sus agentes a la hora de localizar infracciones. Los nuevos radares de ruido, por ejemplo, se estrenaron en la nación gala y, ahora, por primera vez los veremos en España este verano cuando se instalen en Barcelona.
Y ojo al dato, si en Francia los cerca de 1.000 radares convencionales pusieron de media cada uno 2.700 multas en el año 2020, algunos de estos nuevos dispositivos que ya se prueban están multiplicando por cinco su efectividad en carretera. No, no es una exageración, es una realidad, y por eso conviene tener bien claras estas innovaciones que repasamos a continuación.