La OCU pone el punto de mira en el estado de conservación de las carreteras españolas, frente a la constantes campañas de vigilancia del trafico y los rigurosos cambios en la legislación sobre la materia, a través de una encuesta a los usuarios.
El estudio que data su realización en el verano postpandemico, bien podría corroborar hoy que existe un mantenimiento deficiente de los asfaltos hispanos y que muchos diseños estructurales son considerados de forma negativa.
La lista de autovías y autopistas peor valoradas por los conductores también engrosa los resultados del informe realizado en 2021.
1Un vector de influencia que no es humano
No cabe duda de que las normas para la regulación del trafico son necesarias, como tampoco debería haberla respecto de los organismos que han de vigilar el cumplimiento de estas. Pero como el ser humano es egoísta, y en demasiadas ocasiones insolidario, las campañas de vigilancia y control están al orden del día, y de manera especial en las operaciones que conocemos como » salida y retorno» en fechas señaladas.
Tampoco debe existir duda al respecto de la influencia que los medios e infraestructuras tienen en la movilidad. Es decir, si bien el factor humano es clave en la siniestralidad, toda su actividad se desarrolla en las instalaciones, las carreteras y calzadas. Y aquí, no debemos olvidar que cuanto mejores condiciones tengan, mas seguras serán.
La velocidad y las distracciones son los factores que más contribuyen a los accidentes, pero el diseño y el buen o mal estado de las carreteras también influyen la siniestralidad. ¿Son seguras las carreteras españolas? ¿Están en buenas condiciones?