Elon Musk es mundialmente conocido no solo por ser uno de los empresarios más ricos del mundo, sino también por su peculiar relación con la riqueza material. Aunque su fortuna le permitiría adquirir propiedades lujosas en cualquier rincón del planeta, Musk ha mostrado un notable desapego por poseer grandes mansiones o bienes inmuebles. Sin embargo, hay una excepción que le ha colocado en una situación bastante complicada: la mansión que perteneció al legendario actor y cómico Gene Wilder.
2La venta a un comprador inesperado
La propiedad rápidamente encontró un comprador. Jordan Walker-Pearlman, sobrino de Gene Wilder, junto con su esposa, se mostraron muy interesados en adquirir la mansión. Para ellos, esta casa representaba mucho más que una propiedad; era un lugar lleno de recuerdos y emociones, ya que habían pasado gran parte de su infancia jugando en sus jardines y corredores. No obstante, había un problema: no contaban con el dinero suficiente para comprarla.
Al enterarse de la situación, Musk decidió rebajar el precio de la casa a siete millones de dólares, una cifra más accesible para la pareja. Pero no solo eso, sino que, en un gesto sorprendente, ofreció financiar la compra él mismo, prestándoles 6,7 millones de dólares para que pudieran adquirir la casa. Este acto no solo demostraba la voluntad de Musk de mantener la mansión en manos de alguien que respetara su valor sentimental, sino también su confianza en la pareja para cumplir con el acuerdo.