Al rebufo del éxito cosechado por el Opel Zafira, en el año 2003 entraba en producción el Meriva, un monovolumen del segmento B que ha estado en activo hasta hace solo unos meses.
Pero el mercado ha evolucionado; tanto, que esos funcionales vehículos han dejado paso a los crossover, que a día de hoy también presumen de modularidad interior, pero con un aspecto más aventurero. Eso es lo que vende ahora, y Opel da un paso al frente con este nuevo Crossland X, que comienza a fabricarse en la planta zaragozana de Figueruelas en el mes abril, y se pondrá a la venta en España en junio.
El primer Opel PSA
Ha sido desarrollado junto a PSA -es el clon del futuro Citroën C-Aircross, sustituto del C3 Picasso-, con quien Opel colabora desde 2013. Y esa colaboración ha llegado tan lejos que hace unos días conocíamos la noticia de la compra de la firma alemana por parte del Grupo PSA, lo que nos lleva a afirmar que este Crossland X es el primer producto de la 'nueva' Opel.
Su diseño exterior no deja lugar a dudas: es un Opel. Le han instalado molduras protectoras, un techo flotante al estilo del usado en el Adam… El cliente podrá jugar con la personalización de una carrocería que mide 421 centímetros de longitud. Eso son 6,3 centímetros menos que un Mokka X y 16 menos que un Astra.
Precisamente el Mokka X jugaba a dos bandas; o, más bien, a dos segmentos. Pero ahora este Crossland X llenará el espacio por la parte baja. Para diferenciarlos, Opel ofrecerá como mucho llantas de 17 pulgadas en este nuevo crossover, y todos los Crossland X contarán con tracción delantera, cuando el Mokka X permite elegir entre tracción delantera o 4×4. El que Opel limite estos aspectos no es negativo, porque es lo que demandan los clientes de este segmento. Y en cuanto a tecnología, podrán equiparlo con faros Led IntelliLux, cámara Opel Eye, visión 180º, Head-Up Display, asistente de aparcamiento, alerta de colisión frontal, sensores de ángulo muerto, asistente de cambio involuntario de carril, sistema OnStar…
Aprovechando el espacio
Aunque entra en el segmento B, su habitáculo es realmente amplio. Puede equipar asientos delanteros AGR y, tras medir sus plazas traseras, comprobamos que con un conductor de 1,75 metros al volante, detrás hay 71 centímetros de espacio para las piernas, lo mismo que en un Mokka X, al que gana por 3 centímetros en anchura: tiene 129. Y ambos empatan, con 97 centímetros, en altura interior. Esto da una idea de lo bien aprovechado que está el espacio. Además, presenta una excelente modularidad, pues su banqueta trasera -de dos piezas- se puede desplazar 15 centímetros y tiene respaldos divididos 40:20:40. Ambos elementos son opcionales.
Su maletero, con un práctico doble fondo, oscila entre 410 y 1.255 litros. Pero su nueva plataforma impide poder equipar el funcional FlexFix para llevar bicicletas.
Este Crossland X no sólo es crossover por diseño, sino que su mayor altura le permite ofrecer un elevado puesto de conducción, lo que también redunda en un acceso más cómodo. El interior está muy ordenado, con los botones justos, porque de serie hay una pantalla de 7 pulgadas. Como opción hay otra de 8 con sistema de navegación.
Cuando se ponga a la venta el Crossland X lo hará con cinco motores, todos ellos de PSA -los ya conocidos 1.2 PureTech y 1.6 BlueHDI-, asociados a cambios manuales con 5 ó 6 velocidades, siempre con tracción delantera.
En gasolina arranca con un 1.2 atmosférico de 81 CV -este motor tendrá opción a GLP en septiembre-, y por encima hay versiones con turbo que ofrecen 110 y 130 CV. En los tres casos, con tres cilindros.
En diésel sólo habrá motor 1.6, pero disponible con 99 y 120 CV. Ambos añaden un depósito de 17 litros de AdBlue, cuya toma va junto a la de combustible, en el lado izquierdo. Es la primera vez que un Opel la lleva en ese lado. Para los más cómodos se ofrecerá un cambio automático de 6 velocidades.