Eisenach y la producción automovilística han estado conectadas de manera inseparable durante más de tres décadas, y la relación entre Opel y esta ciudad alemana es un ejemplo destacado. Desde 1990, el año de la reunificación alemana, Opel fue una de las primeras compañías en invertir en los nuevos estados federados, estableciendo un vínculo duradero con Eisenach.
Un millón de coches fabricados ya en 1999
Esta decisión estratégica marcó el inicio de una historia de éxito, con automóviles que llevan el sello ‘made in Eisenach’, y que sigue creciendo. Uno de los hitos más significativos se alcanzó el 10 de noviembre de 1999, cuando el vehículo Opel número un millón salió de la línea de producción en la planta de Turingia: un Corsa B negro con acabado Edition 100.
Con el tiempo, la planta ha experimentado una evolución constante y ha seguido sumando éxitos. En abril de este año, el nuevo Opel Grandland fue presentado mundialmente en Eisenach, consolidando su lugar como un verdadero ‘Eisenacher’. Este SUV electrificado representa una clave de avance y destaca la preparación de la planta para un futuro sostenible.
La conexión entre Opel y Eisenach se inició rápidamente tras la caída del Muro de Berlín. En marzo de 1990, Opel formó Opel-AWE-Planungs-GmbH en colaboración con Automobilwerk Eisenach (AWE), contribuyendo a revitalizar la economía en Turingia. Apenas dos días después de la reunificación oficial de Alemania, el 5 de octubre de 1990, salió de la línea de producción el primer Opel Vectra en la planta de AWE.
Planta de Opel en Eisenach, primera piedra
En febrero de 1991 se colocó la primera piedra de una nueva fábrica Opel. Después de un período de construcción notable breve de 19 meses y con una inversión cercana a los mil millones de marcos alemanes, la nueva planta comenzó la producción del Opel Astra en septiembre de 1992. El 3 de junio de 1993, la planta celebró otro logro al producir el primer Opel Corsa ensamblado en Alemania.
A medida que avanzan los años, la demanda de vehículos Opel en Eisenach no deja de crecer. El Corsa, en particular, se convirtió en un éxito de ventas durante la primera mitad de los años 90. Tal fue su popularidad que, a menudo, la planta se dedicó exclusivamente a fabricar este modelo.
Un Corsa de 65 CV fue el vehículo un millón
Este éxito se tradujo en un importante logro en 1999, cuando, tan solo seis años después de la producción del primer Corsa en Eisenach, el Opel número un millón fue ensamblado en la planta. El 10 de noviembre de ese año, un Corsa negro Edition de 65 CV fue entregado a un cliente en Ratisbona, marcando un hito histórico.
Desde sus inicios, la planta de Eisenach ha destacado por su compromiso con la innovación y la mejora constante. Ha establecido estándares elevados en sostenibilidad ambiental, tecnología de fabricación y procesos de producción.
Sus operaciones se rigen por cinco principios fundamentales: la implicación activa de los empleados, la mejora continua, la garantía de calidad desde el principio, la estandarización y la optimización logística. Esta fórmula ha convertido a Eisenach en una referencia, reconocida como una de las plantas más productivas y modernas de Europa.
Eisenach ahora es la planta del Grandland
Con el paso de los años, la planta ha diversificado su producción. En 2012, el Opel ADAM se sumó al Astra y al Corsa. Sin embargo, tras una profunda modernización en 2019, Eisenach se convirtió en el único centro de fabricación del SUV Opel Grandland (aquí la primera prueba), un modelo clave para la marca.
El Opel Grandland es la pieza central de la transformación hacia la electrificación de la planta de Eisenach. Este SUV, que ha comenzado a producirse en su versión totalmente eléctrica, marca un hito importante. El nuevo Grandland se basa en la plataforma avanzada STLA Medium, diseñada específicamente para vehículos eléctricos de batería (BEV). Con una capacidad de batería de hasta 97 kWh, el SUV ofrece una autonomía de aproximadamente 700 kilómetros, según el ciclo WLTP, estableciendo un estándar de eficiencia y sostenibilidad.
Inversiones multimillonarias
Para hacer realidad la producción de vehículos electrificados, la marca alemana ha realizado una inversión de 130 millones de euros en la planta de Eisenach. Se implementaron mejoras significativas, como la modernización del taller de carrocería, la automatización completa de procesos y la incorporación de sistemas de cámaras avanzadas para inspección de calidad. También se creó un taller dedicado al ensamblaje de baterías, donde un equipo de especialistas capacitados trabaja con tecnología de alta tensión.
La planta ha dado otro paso hacia la sostenibilidad al planificar la creación de un parque solar que proporcionará energía renovable. Este proyecto encaja perfectamente con la producción del Opel Grandland eléctrico, reduciendo la huella ambiental de la planta y posicionándola para un futuro sostenible.
La planta de Opel en Eisenach se ha consolidado como un símbolo de innovación y resiliencia. Desde sus humildes comienzos en 1990 hasta su actual papel como pionera en la producción de vehículos eléctricos, Eisenach sigue marcando la pausa en la industria automotriz. La inversión en tecnologías limpias y su compromiso con la electrificación garantizan que esta planta continúe siendo un referente en movilidad sostenible y producción eficiente.