A comienzos del año que viene llegará la sexta generación del legendario Opel Astra, un compacto que marcó una referencia en su segmento, pero también la continuación de una tradición que comenzó hace 85 años. En 1936, Opel fue el primer fabricante alemán en poner en carretera un compacto asequible, el Kadett.
Otra clave ha sido no de trabajar, ya que cada nueva generación estrenaba más innovaciones, como el motor de cuatro cilindros refrigerado por agua del Kadett A, la carrocería con una aerodinámica excepcional del Kadett E o la iluminación adaptativa del Astra H.
La historia comenzó en 1936 con el primer Opel Kadett. En comparación con la clásica carrocería montada sobre un chasis, el método de construcción monocasco presentaba numerosas ventajas: un menor peso, para mejorar las prestaciones y el consumo de combustible, así como una mayor seguridad.
Los puntos fuertes del Kadett A fueron su motor de 1.0 litros, su gran maletero y el gran espacio interior para los pasajeros. Además, el tapón de llenado del depósito de combustible estaba en el exterior, no en el maletero.
El compacto entró en una nueva era con el Kadett D, que estrenó la tracción delantera «made by Opel» La disposición transversal de su mecánica conseguía ahorrar espacio con lo que aumentaba la habitabilidad.
Astra F
Estrenado en 1991, se benefició de un gran número de sistemas de seguridad. No solo fue el modelo del gran cambio, sino que continúa siendo el modelo más vendido de Opel hasta ahora: 4,13 millones de unidades producidas entre 1991 y 1997.
Con el nuevo Opel Astra, la marca juega un papel fundamental en la electrificación de la gama de modelos: esta generación estará disponible, por primera vez, como híbrido enchufable con dos niveles de potencia.
