El motor es la parte más importante del coche y también la parte más cara y difícil de arreglar. Por eso no hay que escatimar miramientos a la hora de cuidarlo. Debemos cambiar periódicamente todos los líquidos que lo mantienen en orden, como el anticongelante y el aceite; y también las correas y demás componentes que intervienen en su funcionamiento.
El líquido anticongelante es fundamental para que el motor no se queme y, como su propio nombre indica, para que no se congele a muy bajas temperaturas. Por eso, el otoño es una buena fecha para renovar este líquido y asegurarnos de que el vehículo está listo para afrontar el frío invierno.
3¿Qué anticongelante elegir?
Los anticongelantes siguen una gama de colores llamativa, y aunque puedan servirnos para hacernos una idea de cuál le corresponde a nuestro coche, no siempre es fiable. Esta variedad de colores puede cambiar según la marca.
En el libro de instrucciones del coche se especifica que anticongelante viene integrado en el motor. Debemos guiarnos por la marca y las características que ahí se indiquen. Pero si no hallamos el mismo, hay tener en cuenta que no se pueden mezclar anticongelantes orgánicos, inorgánicos ni híbridos. Esto puede provocar fallos en el sistema de refrigeración.
Dentro del anticongelante recomendado para nuestro vehículo, deberemos fijarnos en las temperaturas mínimas que aguanta cada anticongelante y elegir el que más se adapte al clima en el que vivamos. Si en tu zona hace mucho frío en invierno, y más aún si lo aparcas en la calle, deberás optar por un anticongelante que resista muchos grados bajo cero.