Los radares de tráfico, ampliamente conocidos por su papel en el control de velocidad en carreteras, son mucho más que simples guardianes de límites. A través de la Dirección General de Tráfico (DGT), estos dispositivos no solo monitorean la velocidad, sino que también han sido dotados con la capacidad de detectar y sancionar una variedad de infracciones, desde irregularidades en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) hasta la falta de seguro obligatorio.
En este artículo, exploraremos cómo los radares de la DGT han evolucionado para asumir un papel más amplio en la aplicación de la ley y la seguridad vial.
2Las capacidades ocultas de los radares
Los sistemas de reconocimiento de matrículas incorporados en los radares de la DGT tienen aplicaciones que van más allá de las simples infracciones de tráfico. Estas tecnologías también se utilizan para mantener una lista negra de matrículas, permitiendo la identificación de vehículos robados o implicados en delitos.
Esto significa que los radares no solo promueven la seguridad vial, sino que también contribuyen a la lucha contra el crimen automovilístico y a la recuperación de vehículos robados.