Seguro que más de una vez has pasado por esto. Angustia, miedo, estrés… El piloto de la reserva de gasolina se enciende y te indica que tienes que repostar cuanto antes. Desde este momento tienes entre 45 y 60 km para encontrar una gasolinera. Es, en principio, la distancia que te permite recorrer la reserva, aunque debes tener en cuenta que puede variar en función del tamaño y del estado del depósito. Pero también de otros factores externos como el tipo de conducción, la densidad del tráfico, o si llevamos el maletero cargado o no, por ejemplo.
Si eres de los que apuran hasta el final y exprimen hasta la última gota dándole emoción a su vida, te recomendamos que no lo hagas. Lo mejor es repostar antes de que llegue a iluminarse el piloto, o en la primera gasolinera después de que se haya encendido. ¿Por qué? Porque circular con el depósito en reserva puede ser muy perjudicial para el motor del coche. De modo que para evitar males mayores que nos obliguen a pagar una cara reparación, lo mejor es mantener el tanque bien cargado. A continuación podrás ver todos los motivos que no te animarán, precisamente, a ir por la vida en la reserva.
5Conducir en la reserva es estresante… y peligroso
Si sufres una situación de estrés importante estarás más cerca de tener un accidente. Es un hecho. Conducir en reserva provoca un mayor estrés en el conductor. Estarás todo el rato pendiente de mirar cuánto baja el carburante o de buscar la gasolinera más cercana. No se trata, por tanto, de una buena combinación porque puede dar lugar a conductas más temerarias y poco adecuadas en carretera o, directamente, en relación con el tráfico que te rodea.