Seguro que ya lo habrás notado en tu día a día, no mientas. El uso de los patinetes eléctricos como medio de transporte personal ha experimentado un auge significativo en los últimos años, brindando a los ciudadanos una forma ágil y ecológica de moverse a través de las ciudades. Nos guste o no, han venido para quedarse.
Sin embargo, a medida que aumenta su popularidad, también surgen preocupaciones sobre la seguridad y la convivencia con otros medios de transporte y peatones. Varios municipios y ciudades en todo el mundo están implementando regulaciones para abordar estos problemas. Una de las últimas en unirse a esta tendencia es Palma de Mallorca.
1El dilema de la seguridad y el espacio
Ciudades como Madrid, Barcelona, y Sevilla ya han tomado medidas restrictivas con respecto al uso de patinetes eléctricos en el transporte público. Las razones detrás de estas decisiones varían, pero se centran principalmente en la seguridad de los pasajeros y la comodidad de acceso a los medios de transporte.
En algunos casos, existe la preocupación de que las baterías de los patinetes eléctricos puedan representar un riesgo de explosión, lo que pone en peligro a otros pasajeros en el transporte público. En otros casos, se destaca el espacio que ocupan los patinetes eléctricos, lo que dificulta la accesibilidad a personas con sillas de ruedas o carritos de bebé. Londres y París son ejemplos de ciudades internacionales que han implementado restricciones similares en un esfuerzo por abordar estas preocupaciones.
