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Peajes en las autovías y autopistas: el gobierno y Bruselas van a entenderse para arañar tu bolsillo

El debate sobre la implementación de peajes en las autovías y autopistas españolas ha estado en el centro de la discusión política y económica en los últimos años. Con la presión de Bruselas para generalizar el pago por uso en las carreteras de la Unión Europea, el Gobierno español se encuentra en una encrucijada. La directiva europea pretende que se adopte un modelo en el que el usuario pague por el uso de infraestructuras, alineado con el principio de “quien contamina paga”. Sin embargo, la respuesta del Gobierno español ha sido esquiva, optando por una versión mínima en la transposición de esta directiva. Este artículo explora cómo el Gobierno y Bruselas podrían llegar a un acuerdo que, en última instancia, termine impactando el bolsillo de los ciudadanos.

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La presión de Bruselas y la respuesta del gobierno

Desde Bruselas, la intención de generalizar el pago por uso en las carreteras es clara. La Comisión Europea busca unificar criterios en toda la Unión Europea para que los conductores paguen por el mantenimiento y uso de las infraestructuras, así como por las emisiones que generan sus vehículos. Este enfoque no solo busca financiar el mantenimiento de las carreteras, sino también incentivar un cambio hacia modos de transporte más sostenibles.

El Gobierno español, sin embargo, ha optado por una postura más cautelosa. En lugar de adoptar plenamente la directiva europea, ha propuesto una transposición que se limita a ajustes técnicos, evitando por ahora la implementación generalizada de peajes. Esta versión mínima parece un intento de retrasar lo inevitable, en un contexto donde la presión de Bruselas sigue aumentando. El resultado es una sensación de incertidumbre entre los ciudadanos y el sector concesional, que acusa al Gobierno de esquivar el principio de “quien contamina paga”.

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